Más de 200 mil mujeres se encuentran encarceladas en Arizona y el 80 por ciento de  ellas son madres de familia que no pueden costear una fianza para salir en libertad, lo que las separa de sus familias y sus trabajos por meses, en muchas ocasiones por delitos menores.

Las organizaciones sociales siguen presionando para que se efectúen cambios en los sistemas penitenciarios en los que los pobres siempre son los más afectados.

El pasado fin de semana la organización Living United for Change in Arizona (LUCHA) ayudó a un grupo de mujeres a quedar en libertad para que pasaran con sus familias la celebración del “Día de las Madres”, luego de haber reunido más de 9 mil dólares con el apoyo de donadores.

Una de las beneficiarias fue Paz López, quien estaba preparada para pasar el festejo tras las rejas; madre de seis hijos, de 42 años de edad, había estado encerrada en la cárcel de la Cuarta Avenida y no podía pagar su fianza de dos mil 50 dólares.

En un video emotivo realizado inmediatamente después de su liberación, López dijo que era un privilegio que ahora pudiera ver a sus hijos y el nacimiento de su primer nieto.

“No hay mayor sentimiento que ser madre, les agradezco a los dos que me hayan ayudado a poder pasar el día con ellos y ver nacer a mi nieto”, manifestó.

LUCHA se inspiró en una iniciativa conocida como “Black Mamas Bail Out”, que está pagando fianzas para decenas de madres de color por tercer año consecutivo.

“Es probable que éstas mujeres pierdan sus trabajos, sus viviendas y hasta la custodia de sus hijos están en peligro, para muchas personas que no pueden pagar una fianza, no queda otra opción que aceptar un acuerdo de culpabilidad”, dijo Pizarro.

El objetivo no es sólo reunir a las familias, sino impulsar un cambio en el sistema de fianzas en efectivo, pues los críticos sostienen que los tribunales están castigando injustamente a los acusados ​​pobres al imponerles una fianza alta a los delitos de bajo nivel que les hacen languidecer en la cárcel durante meses, separándolos de sus empleos y sus familias.

En algunos casos, permanecen encerrados hasta que se desestime su caso o se declaren culpables sólo para salir de la cárcel, con antecedentes penales y los defensores dicen que el encarcelamiento debería depender del riesgo de un sospechoso para la seguridad pública, no de su capacidad de pago.

Nicole Hale organizadora de LUCHA, señaló además que ofrecerán a las madres apoyo adicional, incluidos recordatorios de fechas de Corte y paseos.

“No le entregamos un trozo de papel a alguien y le decimos ‘buena suerte’, la verdad es que no tienen que pasar por el sistema solos”, dijo Hale.

Varios estudios sugieren que las cantidades de la fianza se establecen a veces hasta tres veces más para las personas de color, dijo Shima Baughman, profesora de derecho penal en la Facultad de Derecho de la Universidad de Uta, pero incluso una fianza de $200 por un delito menor puede ir más allá de lo que está en la cuenta bancaria de una persona.

Según un informe de 2018 de la Iniciativa de Política Penitenciaria no partidista, aproximadamente 2.9 millones de mujeres son encarceladas en los Estados Unidos cada año y se estima que el 80 por ciento está embarazada o tiene hijos.

Las mujeres de color tienen un impacto aún mayor, especialmente si son madres trabajadoras que probablemente ganan salarios más bajos, según Baughman. Unos pocos días en la cárcel pueden llevar a la pérdida de un empleo o la custodia de los hijos.

“Cuando las mujeres son las que llevan la mayoría de las cargas en la familia, sus hijos son los que van a sufrir, pues esas mujeres son responsables de trabajar fuera del hogar y también del cuidado infantil”, finalizó Baughman.