Algunas personas tienden a enfocarse en la vida de los demás e inclusive decidir por los demás y después se sienten tan responsables de las decisiones y acciones de otra gente, que hasta se olvidan de vivir su propia vida! Pienso que es importante otorgar a otros la dignidad de adoptar decisiones por sí solos y permitirles afrontar los resultados. Así se benefician todos.
Las personas en nuestra vida se benefician porque al fin obtienen el respeto que les corresponde como seres humanos. Ahora son libres de recoger los frutos de sus esfuerzos positivos y de cosechar las consecuencias de su comportamiento más destructivo. Sea lo que sea que decidan hacer, al ocuparnos de nuestros propios asuntos y salirnos del camino, permitimos que otros sean lo que son.
Al mismo tiempo nos liberamos de todo tipo de cargas ajenas.
Aquí entra la otra parte para nosotros “vive y deja vivir a los demás“. Muchos hemos sufrido mucha negligencia como resultado, gran parte de ella, con respecto a nosotros mismos por vivir la vida de otros y viceversa, distraídos o consumidos por los problemas de otros, descuidamos nuestros cuerpos, almas y espíritus nuestra vida misma. Sólo Dios puede ayudarnos a encontrar el camino para satisfacer necesidades no reconocidas o satisfechas en el pasado.Y realizar esfuerzos especiales para tratarnos bien.
Nos recuerda que forjar una vida para nosotros mismos, independientemente de lo que hacen o dejan de hacer otros, debe convertirse en la máxima prioridad. Los demás no son los únicos que merecen nuestro respeto.
Nosotros también merecemos tratarnos con dignidad, respeto y amor.