Esta semana, dos residentes de Phoenix advirtieron al Ayuntamiento de Phoenix que podría registrarse una emergencia con la liberación de miles de familias migrantes a medida que aumentan las temperaturas en el verano y que la red de voluntarios se empieza a desmoronar debido a la gran carga de trabajo.
Las activistas Carolyn O’Connor y Sarah Eary, reprocharon al Ayuntamiento su falta de asistencia durante más de ocho meses en que organizaciones religiosas y sin fines de lucro, así como voluntarios, han trabajado para apoyar a las familias con niños liberadas por agentes federales de inmigración.
O’Connor codirige la Coalición Uncage And Reunite, una coalición de activistas formada para hacer frente a la separación de las familias migrantes.
“Es cuestión de tiempo que suceda una fatalidad, pues en los últimos días, los funcionarios de inmigración han dejado a grupos de familias migrantes en las calles en Phoenix”, advirtió.
Leary le dijo al consejo que ha estado trabajando con Lutheran Social Services of Southwest desde enero, y dijo que espera que su declaración sea un llamado de atención.
“Es solo por la gracia de Dios que no hemos tenido muertes en esta comunidad, ante tantas semanas de una emergencia; ya es hora de que nos ayuden”, dijo Leary.
Desde octubre, el Servicio de Aduanas e Inmigración se ha asociado con iglesias y organizaciones sin fines de lucro en el área de Phoenix para liberar a grandes grupos de familias migrantes procedentes de América Central que buscan asilo y que han sido procesados por funcionarios de fronteras e inmigración.
Después de ser liberados de la custodia, necesitan asistencia para organizar su viaje a otra parte del país, donde se reunirán con familiares o amigos y comenzarán sus casos de inmigración en los tribunales.
Las iglesias y organizaciones sociales apoyados con cientos de voluntarios han ofrecido a los migrantes un lugar para dormir, comer, bañarse y cambiarse de ropa sin el apoyo de los gobiernos de la ciudad, el condado o el estado.
Las declaraciones de O’Connor y Leary se hacen eco de las llamadas de los líderes religiosos y otras organizaciones sin fines de lucro que han solicitado socios gubernamentales para un espacio del gobierno donde los migrantes pueden dormir durante la noche y obtener fondos para apoyar ayudarles.
Hasta ahora, no se ha obtenido una ayuda significativa, aunque ha habido varias reuniones: “Son solo reuniones y no llegamos a ningún lado, no sé por qué no quieren ayudar”, denunció Magdalena Schwartz, quien encabeza una coalición de pastores de Phoenix y del Este del Valle.
Sin embargo, la red de apoyo a los inmigrantes empieza a desmoronarse, ya que algunas iglesias están claudicando porque no pueden darse el lujo de continuar el trabajo, señalaron Schwartz y Connie Phillips, presidenta de los Servicios Sociales Luteranos del Suroeste.
Los elevados recibos de servicios públicos y el mantenimiento de vehículos, se encuentran entre los costos que las iglesias batallan para pagar, además de conseguir dinero en efectivo para ayudar a los migrantes a continuar su viaje.
Los manifestantes ponen como ejemplo a otras ciudades como San Antonio y El Paso en Texas y Las Cruces, Nuevo México, que han ayudado destinando fondos y personal de apoyo o abriendo espacios públicos a las familias de los migrantes.
En un comunicado, la Alcaldesa Kate Gallego dijo que los grupos involucrados en ayudar a las familias migrantes merecen inmenso crédito y que el Ayuntamiento está participando activamente con ellos.
Según ICE, entre el 21 de diciembre y el 21 de mayo, ha liberado a 32 mil 500 miembros de familias migrantes en Arizona, principalmente en Phoenix, Tucson y Yuma.
Gallego considera que el problema de local es causado como reflejo directo de la inacción por parte del gobierno federal.
“Washington, ha ignorado esta crisis, ya que las ciudades y los estados deben lidiar con los daños causados por su incapacidad para enfrentar la situación”, dijo Gallego en una declaración.
Durante meses, la Fuerza de Aduanas y Fronteras (ICE, por sus siglas en inglés), ha dicho que una oleada de familias que llegan a la frontera está restringiendo la capacidad del gobierno para mantener a esos grupos sin infringir los límites sobre el tiempo que los menores pueden permanecer bajo custodia y por esa razón los dejan en iglesias.
Gallego agregó que de momento, la red de estaciones de alivio de calor, son lugares donde las personas pueden obtener agua, espacios con aire acondicionado y un centro de alivio de calor de emergencia.