Héroe de guerra, senador, candidato presidencial, estadista, rebelde, icono.

Todas las etiquetas son apropiadas para John McCain, quien murió hace el 25 de agosto de 2018, después de una batalla de un año contra el cáncer cerebral. Tenía 81 años.

McCain, el candidato presidencial republicano del 2008, estaba en su sexto término y 31 años en el Senado de los Estados Unidos en el momento de su muerte.

Para honrar la memoria de McCain en el aniversario luctuoso, su viuda pidió a los estadounidenses que dejen de lado sus diferencias y trabajen por una causa común.

“Desearía que el país conmemorara su fallecimiento al apreciar los valores de servicio a este país y la habilidad política que intentó practicar”, escribió Cindy McCain en un artículo de opinión del Washington Post.

“Instaría al Congreso y a la administración a trabajar juntos para ayudar a resolver los problemas de los Estados Unidos. Así que hoy les pido a todos los estadounidenses que se comprometan a ser civilizados al comprometerse con causas más grandes que nosotros y unirnos al otro lado del pasillo o lo que sea que nos divida para hacer del mundo un lugar mejor”, resumió.

Por su parte el gobernador Doug Ducey sólo tuvo palabras de elogio para el legendario político.

“John McCain era más que el senador estadounidense de Arizona: era el senador de Estados Unidos, hace un año, fuimos testigos de que decir adiós a John McCain no solo era una experiencia compartida para nuestro estado, sino también para nuestro país y el mundo entero”, dijo el Gobernador.

“John McCain sirvió a su país con honor, coraje y dedicación, desde Vietnam hasta los pasillos del Senado de los Estados Unidos. Su espíritu de servicio, su llamado para que sirvamos a una causa mayor que nuestro propio interés personal, su determinación de luchar por los problemas que apreciaba incluso ante los grandes desafíos, su voluntad de intervenir y permanecer en el arena; estos son los atributos que lo convierten en una inspiración para los estadounidenses de todas las generaciones”, agregó Ducey.

“Dije el año pasado, imaginar Arizona sin John McCain es como imaginar a Arizona sin el Gran Cañón. Hoy, sabemos que mientras él se ha ido, su legado perdura en su intrépida esposa Cindy. En sus hijos y nietos. En los corazones de millones de personas alrededor del mundo inspirados por su cortesía, servicio y sacrificio. En el Instituto McCain, que continúa uniendo a individuos de alto calibre de ambas partes para buscar soluciones en un ambiente de civilidad”, afirmó.

“Y aquí en Arizona, sabemos que John McCain todavía está entre nosotros, incrustado para siempre en la vida y el paisaje del estado que tanto amaba”, finalizó Ducey.