El sentimiento de confusión, ansiedad y preocupación de las comunidades minoritarias, principalmente la hispana, aumentó con los recientes tiroteos en donde murieron 31 personas, 8 de ellas ciudadanas mexicanas ante la creciente llamarada de racismo avivada por el discurso divisivo del Presidente y candidato Donald Trump.

El sonido de una motocicleta en el Times Square de Nueva York, causó terror, al confundirla con disparos; la evacuación de un Walmart en Marietta, Georgia; otro altercado más en un Walmart de Baton Rouge, en Louisiana y la entrega por parte de familiares de William Patrick Williams, que supuestamente planeaba otro atentado, después de 34 muertos en tres atentados en California, Texas y Ohio, dan una muestra clara de la tensión y ansiedad social de éstos momentos.

Indignación…

Vigilias se han realizado en diferentes ciudades en memoria de la víctimas y Phoenix no es la excepción, donde líderes sociales y políticos han exigido a los legisladores federales la urgencia de leyes más severas para en control de armas y castigo a los atacantes, en su gran mayoría, simpatizantes de la supremacía blanca.

“Los tiroteos que ocurrieron, sin sentido, este fin de semana son un brutal recordatorio del progreso que aún nos falta por hacer como nación. En El Paso, el asesino, un racista profeso, atacó intencionalmente a personas con descendencia mexicana. Esto nos impacta personalmente. Las víctimas podrían haber sido fácilmente cualquiera de nosotros, nuestros hijos, nuestros amigos y nuestra familia cercana o lejana en ambos lados de la frontera”, dijo David Adame, presidente de Chicanos Por La Causa.

“Lamentablemente, este acto de terrorismo no es aislado. Es el ultimo de una serie de tiroteos masivos contra varios grupos: niños, musulmanes, judíos, afroamericanos y desafortunadamente, nuestros líderes en Washington, DC solo están avivando las llamas de la violencia”, agregó.

“Nuestro liderazgo en el Congreso ha obstruido continuamente cualquier reforma significativa en las leyes de armas. Y la retórica racista y xenófoba de la Casa Blanca solo alienta tal tragedia”, señaló.

“Como los tiroteos masivos parecen ocurrir cada vez con mayor frecuencia, la reacción natural puede inclinar a desconectarse y desinteresarse. Le instamos a acercarse. Debemos estrechar lazos con nuestra comunidad y naciones vecinas. Así como comprometernos políticamente para elegir líderes, en Estados Unidos, que condenen esa violencia e intolerancia a través de acciones consistentes en lugar de palabras vacías”, afirmó Adame.

Líderes como las legisladoras Charlene Fernández y Raquel Terán, así como Earl y Mary Rose Wilcox y Salvador Reza, alzaron la voz en reciente vigilia y llamaron a congresistas y senadores representantes de Arizona en Washington a abogar por una reforma en la ley de armas.

“Nuevamente, volvemos nuestros pensamientos y oraciones a una comunidad en duelo después de otro tiroteo masivo motivado por el odio y el extremismo, pero eso no es suficiente”, dijo Carlos Galindo-Elvira, director de regional de la Liga Antidifamación (ADL, por sus siglas en inglés).

“La amenaza del terrorismo doméstico ha cambiado y eso significa que debemos cambiar nuestras prioridades para combatir la creciente amenaza de la violencia supremacista blanca que se puede ver claramente través de Charlottesville a Pittsburgh a Christchurch a Poway y ahora El Paso. La supremacía blanca es una amenaza terrorista global y la Casa Blanca debe llamar a esta amenaza por su nombre y comprometer plenamente las capacidades del Departamento de Seguridad Nacional, así como del FBI y otras agencias de aplicación de la ley”, señaló Galindo-Elvira.

Una amenaza real…

Tras entregarse a la policía, Patrick Wood Crusius, de sólo 21 años, no tuvo remordimiento en reconocer que buscaba matar a tantos mexicanos como pudiera durante su ataque en Walmart Cielo Vista, en El Paso, Texas.

Horas antes había publicado en internet un manifiesto en donde se decía de acuerdo con otros tiradores, así como seguidor de Trump, a quién pidió no se culpara por sus acciones, ya que esos son sus “propios pensamientos desde hace mucho tiempo” y deseaba hacer su parte contra la “invasión” aprovechando su acceso a las armas.

Los motivos del tirador de Dayton, Ohio, Connor Betts, de 24 años, no son del todo claros, aunque las investigaciones hasta el momento han revelado cierto comportamiento misógino que lo llevó a ultimar incluso a su propia hermana Megan y a otras 8 víctimas más en apenas 30 segundos, antes de ser ultimado por la policía.

Días antes, Santino William Legan, de sólo 19 años atacó en el Festival del Ajo en Gilroy, California donde mató a dos menores de edad hispanos y un joven afroamericano, en un incidente que el FBI ya investiga como terrorismo doméstico y crimen de odio.

Algo que los tiradores tienen en común es que son en su mayoría muy jóvenes, tienen fácil acceso a armas de grueso asalto y han crecido con un sentimiento de odio hacia las minorías que los ha llevado a buscar sitios de internet en los que se profesan los pensamientos de supremacía blanca, e incluso se les invita a tomar acción.

Las fallas de Trump…

En su mensaje el presidente Donald Trump condenó los ataques y a los supremacistas blancos, y se refirió a la amenaza del “odio racista”, pero sin embargo, no mencionó la necesidad de plantear una reforma a las leyes de portación y acceso a las armas y acusó a internet, a las enfermedades mentales y a los videojuegos de la tragedia.

Confundió Dayton con Toledo, Ohio, y además, en ningún momento mencionó a la comunidad hispana que fue el blanco principal del atacante de El Paso y después de eso no ha parado de twittear en contra de sus críticos.

La condena no se hizo esperar por parte del los candidatos demócratas a la Presidencia, al igual que del ex presidente Barack Obama, quienes no dudaron en señalar al presidente como el principal promotor del racismo con su retórica en contra de la comunidad migrante.

Y es que palabras como invasión, infestación, violadores, asesinos, traficantes y otros tantos calificativos han sido parte del discurso de Trump desde su primera campaña presidencial y se vino a coronar recientemente con una sonrisa aprobatoria, cuando en uno de sus mítines uno de sus seguidores gritó que habría que “dispararles” a los migrantes.

Héroes sin capa…

Pero mientras unos profesan el odio, las historias de personas que actúan para salvar vidas, también deben contarse, como el caso de Gilbert Serna, un trabajador de Walmart con raíces mexicanas que durante el tiroteo llevó a casi un centenar de clientes y otros empleados a esconderse dentro de tráiler.

“No es algo que haya pensado mucho, simplemente busqué poner a salvo a tantas personas como fuera posible y a mí mismo, claro está”, dijo Serna.

De padres con raíces mexicanas y nativas, Serna reconoce que gran parte de su familia es hispana y se dijo muy afectado por ese acto sin sentido.

“Quiero que las familias sepan que El Paso como comunidad siempre estará para ellos”, dijo Serna, a la vez que reconoció que hubo muchos otros héroes cuyas historias no han sido contadas porque ellos prefieren mantenerse anónimos.

“Mi madre falleció en el 2011, pero se que estaría orgullosa de lo que hice y mi padre se encuentra enfermo en el hospital, pero también está orgulloso, mi esposa y mis hijos se encuentran felices de que haya regresado a casa”, finalizó Serna.

Por su parte, Glendon Oakley, quien está en el servicio militar de los Estados Unidos, salvó la vida de varios niños que se alejaron de sus padres tras las detonaciones.

“Solo estaba tratando de recogerlos uno por uno, tantos como pude y simplemente me fui corriendo, había un montón de niños allí… Espero que no les haya pasado nada. Traté de recoger tantos como pude y sacarlos conmigo”, dijo.

Sin duda alguna, una de las historias que más conmovió fue la de pareja asesinada al hacer un escudo humano para proteger a su bebé.

Jordan y Andre Anchondo, sacrificaron sus vidas para salvar la de su hijo de dos meses que sólo sufrió fracturas en dos dedos y las autoridades señalan que podrían ser provocadas por el peso del cuerpo de su madre al caer.

El matrimonio tenía 3 hijos y apenas habían a la mayor a un entrenamiento y pasaron a comprar materiales para el regreso a clases y algunas decoraciones para su nueva casa.