El magnate propietario de una compañía de cosméticos, Daniel McCarthy, precandidato del partido republicano al Senado Federal, está confiado de que su propuesta de anexar México a los Estados Unidos es parte de una política migratoria “integral” y que los mexicanos aceptarán con gusto.

Y aunque pueda sonar a broma, el candidato cree que la anexión del país vecino a los Estados Unidos es una gran idea y aunque se encuentra demasiado abajo en las encuestas, al menos ha logrado voltear hacia él los reflectores de la prensa, aunque sea en tono de mofa.

Daniel McCarthy, un empresario y aspirante al Senado, dijo en una entrevista de radio que entre sus ideas para “solucionar” la migración ilegal es sencilla: anexar todo el país que está causando los problemas.

“Tiene que haber una razón por la que hay 30 millones de migrantes ilegales en los Estados Unidos, y ya que los mexicanos estamos tan prestos a salir corriendo al vecino del norte, seguramente no tendrán mucho reparo en aceptar la propuesta, pues más de la mitad quieren ser ciudadanos estadounidenses”, dijo McCarthy.

En esa misma entrevista, McCarthy dijo que la anexión le aseguraría a los Estados Unidos “propiedades frente al mar” y petróleo, mientras que a los mexicanos los convertiría en ciudadanos estadounidenses.

Aventuró que el presidente López Obrador y los mexicanos abrazarían la idea sin mucho problema, pues “nadie quiere vivir como viven”: al parecer, la ciudadanía da una especie de mejora social que no se logra entender del todo.

McCarthy señala que sus asesores le recomendaron primero hablar con los ciudadanos estadounidenses antes que con los mexicanos, para saber si apoyan su propuesta.

McCarthy sorprendentemente superó a McSally con esa idea esta semana, y le dijo a una estación de radio que “agregar alguna propiedad frente al mar al territorio de los Estados Unidos podría ser bueno”.

No se ha dado a conocer alguna reacción de Donald Trump, que está apostando su reelección a la Presidencia el 2020 en construir un muro fronterizo a cualquier costo, arrojando a los solicitantes de asilo a México y vilipendiando a los mexicanos como “asesinos” y “violadores”.