Salvador Reza

Phoenix, Aztlán

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(Donde vive el espíritu de la verdad)

A través de estos ritos (ceremonias indígenas) se establece una paz de tres dobleces. El primer doblez es cuando te das cuenta que estás conectado con Wakan Tanka (el creador) y que en tu centro de tu ser esta el universo entero. La segunda Paz es la Paz que se establece entre ti y otro ser humano que obtiene esa Paz. La tercera Paz es la Paz entre dos naciones (naciones no necesariamente Estados, se refiere a naciones y pueblos originales). Pero nada de esto es posible, si primero no se establece la primera paz y eso sucede cuando te das cuenta que estas conectado a toda la creación”.  Wallace Black Elk, hombre de medicina Lakota.

La sabiduría indígena, hoy más que nunca, puede rescatarnos de la total destrucción y caos a la que nos enfrentamos hoy en día por falta de paz. Y es que la mayoría de las veces pensamos en la paz del mundo como si fuera solo el cese de hostilidades entre las grandes potencias o las guerras de poder desde Genghis Khan, los imperios Romanos, Árabes, Persas, las guerras mundiales, la guerra contra las drogas para invadir pueblos, pero muy pocas veces pensamos de la paz interior, la paz del alma.

No puedes dar paz, si dentro de ti, no existe; solo salen palabras huecas como las de Donald Trump que utiliza la búsqueda de la paz para desmantelar pueblos que no están de acuerdo, con destruir selvas, ríos, montañas, y hasta el viento que recorre el mundo entero.

La Paz como dice Wallace Black Elk, comienza cuando uno se conecta con el creador y obtiene conciencia que al igual que los elementos es parte de la creación; el agua esta en nuestra sangre, los minerales de la tierra forman nuestro cuerpo, el fuego habita en el templo de nuestros cuerpos y nos da vida, y el aire respira por nuestros pulmones sacando los desechos de dióxido de carbono que alimenta las plantas que nos dan el oxigeno para vivir.

Esto lo saben, lo practican y lo viven los pueblos originales desde tiempo inmemorial; es por eso que cuando transmitieron esto a los europeos, los pueblos Haudenosaunee, los invasores en su ignorancia pensaron que eran supersticiones o aun peor creencias paganas.

Como respuesta no fue hasta los años setenta que se pudieron practicar ceremonias como el Inipi, (Temazcalli) y las Danzas ceremoniales abiertamente, pues practicarlas durante los 1800 hasta los mediados del siglo veinte podía repercutir en la cárcel y en muchos casos la muerte.

No fue hasta 1978 que se paso una ley llamada American Indian Religious Freedom Act, hasta entonces practicar ceremonias indígenas estaba prohibido por ley; no fue hasta 1994 que se hizo una enmienda para permitir legalmente las ceremonias de la medicina, pues en un país de “libertad de religion” la espiritualidad indígena era reprimida en un intento de genocidio espiritual.

El resto del mundo no se queda atrás de Estados Unidos, baste recordar la inquisición española en contra de los musulmanes, que se reprodujo desde la Patagonia hasta el norte del continente.

Y ahora, el mundo se encuentra en una encrucijada; o aprende de los pueblos originales o se desaparece de la faz de la tierra y es por eso que el próximo año como se ha hecho desde 1992 correremos por todo el continente en búsqueda de la paz y la fignidad.

Primero conectando con nosotros mismos y después con otros seres humanos hasta hacer una cadena de conciencia a través de los pueblos del mundo, la otra alternativa es nuestra propia destrucción.