Al cantante puertorriqueño Bad Bunny (Puerto Rico,1994), uno de los protagonistas de los Grammy Latinos de 2019 (ganó el premio al mejor álbum urbano), no le gusta la moda. O, al menos, de manera literal, porque, para él, “la moda es una cosa y el estilo es otra”.

Así se lo contó el pasado junio a Rosalía en una conversación publicada, donde la estrella del reguetón también confesó que, en ocasiones, se gasta tanto dinero en gafas como otros en coches.

Las gafas que sacó de su armario para acudir a la gran gala de la música latina no estaban hechas para pasar desapercibidas: una pantalla rectangular negra ocultaba la mitad de su rostro. Las combinó con un gran abrigo de terciopelo azul con solapas de esmoquin, un jersey de cuello vuelto negro (tenía motivos, porque tenía la garganta afectada) y sendos nail rings (uñas postizas de plata) en los meñiques.

El resultado, en una alfombra roja dominada, salvo honrosas excepciones, por los esmóqines negros y la sobriedad, fue uno de los atuendos más comentados de la noche.