La compasión es un sentimiento que conmueve y a su vez duele.

La compasión es enemiga del egoísmo y el egocentrismo pues centra su atención en otro ser, la persona que es compasiva practica diferentes valores como la bondad, la solidaridad, la cooperación entre otras.

Este sentir o valor no es exclusivo del ser humano pues se han registrado casos donde distintos animales han realizado acciones para cuidar proteger o ayudar a otro ser sin importar si es un miembro de su comunidad incluso de su misma especie.

En ocasiones, deseamos que una persona deje de sufrir por motivos egoístas; esto ocurre en las relaciones basadas en el apego, por ejemplo, si un amigo está enfermo o se siente mal o triste, deseamos que se mejore lo antes posible para volver a tener su compañía, pero esto es un deseo egoísta.

Practicar verdaderamente la compasión consiste estimar a los demás y aunque tenemos cierto grado de compasión, este es limitado y parcial, cuando nuestros familiares y amigos están sufriendo, podemos sentir empatía por ellos con facilidad, pero nos resulta más complicado sentir lo mismo por las personas que nos resultan desagradables o por los desconocidos.

Sentimos compasión por los seres cuyo sufrimiento es evidente, pero generalmente no por los que disfrutan de lujos, ni por los que cometen acciones que dañan y lastiman a otro ser.

Si de verdad deseamos ser compasivos a un nivel de iluminación, debemos abarcar a todos los seres sin excepción, al igual que una madre es compasiva con sus hijos aunque se porten mal.

La compasión es un sentimiento que conmueve y a su vez duele y por ello tenemos la necesidad de ayudar, cuidar, proteger, salvaguardar, dar ánimo y fortaleza al que padece el sufrimiento, es sentir, comprender el dolor de otro, sobreponerse a ese sufrimiento y tomar acción, es decir hacer algo al respecto.

¿Usted que piensa?

Me gustaría saber su opinión.

¡Bendiciones!

1 Pedro 3:8  Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables.