El corazón es el músculo más importante de nuestro cuerpo: trabaja 24 horas al día proporcionando oxígeno a todas nuestras células y cuidar de él es asegurarnos nuestra propia salud, vale la pena escuchar sus latidos y estar alerta de sus posibles problemas.
Y es que las enfermedades cardiovasculares son, según la propia Organización Mundial de la Salud (OMS), un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos que nos pueden salir muy caros.
Y pese a que hay causas que no se pueden controlar ni modificar, sí existen factores que aumentan la probabilidad de desarrollar estas enfermedades del sistema cardiocirculatorio y que podemos revertir.
El 90 por ciento de los infartos que se producen se asocia a factores de riesgo como la hipertensión, el colesterol elevado, el tabaquismo, la diabetes o la obesidad y en nuestras manos está fomentar, por lo tanto, un cambio de comportamientos o hábitos y, con ello, evitar estas enfermedades.
El ejercicio físico es vital para que nuestro corazón goce de buena salud, ya que, entre otros aspectos, nos ayudará a mantener un buen nivel de colesterol; la alimentación sana es otro de los pilares que sustenta el buen funcionamiento de nuestro motor vital.
En definitiva, movernos y cuidarnos por dentro trae consigo consecuencias muy positivas para nuestra salud.
También es recomendable realizar controles, por parte de profesionales sanitarios, que nos ayuden a anticipar estas posibles dolencias, según los expertos, saber qué riesgo tenemos de sufrir alguna de estas patologías es un paso importante para empezar a proteger el corazón y prevenirlas.