El Arzobispo de Los Angeles, José H. Gómez, durante la conmemoración del 50 aniversario de la Diócesis de Phoenix.

Leo Hernández

Con una solemne concelebración eucarística encabezada por los Obispos Thomas J. Olmsted y Eduardo A. Nevares, el pasado lunes 2 de diciembre se dieron por concluidas las celebraciones del gran jubileo, con motivo de la conmemoración del 50 Aniversario del establecimiento de la Diócesis Católica de Phoenix, que tuvo lugar en 1969.

El histórico evento se llevó a cabo en la colosal arena Comerica Theatre, en el centro de Phoenix; durante unas horas, dicho centro de espectáculos y entretenimiento fue convertido en un gran templo de oración, en el que miles de fervientes fieles provenientes de distintos puntos de la Diócesis y representando a la mayoría de nuestras parroquias, se unieron a nuestros líderes eclesiásticos para dar gracias a Dios por estos 50 prolíficos años de arduo trabajo.

El festejo de este aniversario dorado tuvo un realce especial con la asistencia de otros obispos Católicos: James Wall, de la Diócesis de Gallup; y José H. Gómez, de la Arquidiócesis de Los Ángeles.

También celebró con ellos el Obispo John Pazak, de la Eparquía Bizantina de Phoenix, una Iglesia hermana nuestra, y cuyo titular forma parte de la Conferencia de Obispos Católicos de Arizona.

Pero sin duda uno de los momentos más emotivos del evento ocurrió antes del inicio de la Santa Misa; fue una procesión en la que delegaciones de las parroquias de la diócesis desfilaron hacia el centro del altar localizado sobre el escenario principal del Comerica Theatre, donde hicieron su consagración a la Sagrada Familia, depositando ramos de flores frente a una monumental pintura de Jesús María y José; fueron recibidos por Mons. Olmsted, quien les dio su paternal bendición. Muchos de los participantes en la procesión eran hispanos o de habla hispana.

Misión urgente:

Evangelizar

El Arzobispo José H. Gómez, quien el pasado 13 de noviembre fue electo como nuevo presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés), fue el encargado de ofrecer la homilía.

En su mensaje bilingüe el líder del Episcopado Norteamericano dijo que la diócesis de Phoenix es relativamente joven, pero la fe llegó aquí hace muchos años con la llegada de los primeros evangelizadores, entre ellos el P. Eusebio Kino, jesuita, y el franciscano fray Francisco Garcés.

Monseñor Gómez hizo un fuerte llamado a los Católicos laicos de Arizona, quienes tenemos la responsabilidad de evangelizar comenzando en nuestra familia y nuestra parroquia. Dijo: “Jesucristo nos llama a todos a esta misión. Recibimos su mandato nuevamente esta noche en el Evangelio”.

Al recalcar que la Iglesia existe para evangelizar que la Iglesia somos todos nosotros, el arzobispo advirtió que, erróneamente, “durante mucho tiempo… La gente pensaba que la misión de la Iglesia es solo responsabilidad de los obispos, sacerdotes y religiosos, o para ‘profesionales de la Iglesia’ que trabajan en parroquias… Pero Jesús nunca dijo eso. Sus palabras de esta noche son claras. Y Él dirige estas palabras a cada uno de nosotros sin dudas…”.

El Presidente de la USCCB expresó con vehemencia: “Creo que estamos viviendo en la ‘hora de los laicos’. Ahora más que nunca, es el tiempo de ustedes: los laicos y las laicas de la Iglesia”.

Evocó que cuando la Virgen  hizo sus apariciones milagrosas no lo hizo ante un obispo o un sacerdote, “no, confió en un laico, San Juan Diego”.

El arzobispo Gómez advirtió a los laicos: “Nuestra misión es urgente. Estados Unidos está muy secularizado ahora y se está descristianizando agresivamente. El sentido de lo sagrado y trascendente se ha estado perdiendo. Estamos viviendo en una época de confusión peligrosa sobre el verdadero significado de la vida humana y la libertad humana. Necesitamos llevar a nuestros vecinos a un nuevo encuentro persona con el Jesucristo viviente”.

Acerca de la gran celebración el P. Tony Sotelo, uno de los más longevos en el ministerio sacerdotal en nuestra diócesis, y quien actualmente trabaja visitando a presos de distintas cárceles, manifestó en entrevista para El Sol Católico: “Este es un gran acontecimiento, motivo suficiente para dar gracias a Dios; me siento muy contento de servir en esta Diócesis desde principios de los 80”.

Por su parte, Pío y Silvia Márquez, quienes son miembros del Ministerio de Oración y coordinadores de ciertos eventos especiales en la Parroquia San Gregorio, expresaron su gratitud por haber sido invitados por su párroco a tan importante celebración diocesana.

“Ahora nuestro compromiso es llevar el mensaje a nuestra parroquia y a seguir evangelizando”, señaló Pío. También se dijeron emocionados por haber participado en la consagración de las parroquias y familias a la Sagrada Familia”.

En tanto, la hermana Anthony Mary Diago, quien es directora de la Oficina de Vida Consagrada en esta diócesis dijo:

“Los religiosos que asistieron la celebración diocesana el lunes estaban muy inspirados por el amor de Dios con profunda gratitud por todas la bendiciones en la Iglesia de Phoenix y su historia.  Estamos muy agradecidos a Dios que somos parte de esa historia y que estamos unidos en caridad”.

El diácono José Ángel Torres, de la Parroquia San Gregorio, señaló luego de la Misa:  “Celebrar 50 años nos permitió reflexionar sobre la importancia de nuestras raíces hispanas y volver sobre los fundamentos que le dieron vida a la fe en nuestra región, imitando el ejemplo de quienes con dedicación y mucho esfuerzo, sembraron la semilla de la evangelización y abrieron camino para que hoy, sigamos llevando el mensaje de salvación que Jesús trajo al mundo. En particular me dio mucho gusto ver a miles de hispanos presentes no solamente asistiendo al evento pero participando activamente”.