Leo Hernández
Durante algunas horas, el sábado 7 de diciembre parte de las calles del centro de Phoenix se colmaron de fervorosos fieles Católicos, que con gran devoción se reunieron para honrar a su Madre, la Santísima Virgen de Guadalupe, al conmemorarse 488 años de sus milagrosas apariciones a San Juan Diego en el Cerro del Tepeyac.
Fue una manifestación pública de fe, en la que miles de personas de todas las edades y procedentes distintos puntos y de casi todas las parroquias de la Diócesis de Phoenix, se congregaron para rendir pleitesía a la Madre de Dios, expresando su gran júbilo al celebrar también el 50 aniversario del establecimiento de esta circunscripción diocesana, que aunque es de las más jóvenes del país es una de las más prolíficas, al contar ahora con 1.2 millones de Católicos, 94 parroquias y más de 300 sacerdotes, bajo el liderazgo del Obispo Thomas J. Olmsted y su Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares.
Como en años anteriores fueron las comparsas de chinelos, así como los grupos de danzas, matachines y tlacololeros los que dieron colorido y vigorosidad a este gran evento anual en su décimo tercera edición; algunos de ellos independientes, pero la mayoría representando a las diferentes parroquias de nuestra diócesis.
Todo comenzó en la Iglesia Inmaculado Corazón de María; tras recibir la bendición del párroco Fabio Schilereff, IVE, los danzantes comenzaron a ofrecer sus bailes y cánticos a la Reina de México y Emperatriz de América, y que es, además, la patrona principal de la Diócesis de Phoenix.
“Nosotros no vinimos aquí a ofrecer un espectáculo ni un show visual. No. Vinimos a honrar a nuestra Madre, a bailar para ella, a darle gracias por su intercesión y a expresarle nuestra fidelidad a Ella y a su Hijo”, dijo Jesús M. Garibay, cuya danza “El Manto de la Virgen” fue la primera en presentar sus bailes.
A partir de entonces todo fue bailes, rezos, cánticos y danzas en honor a la Virgen Morena, al son de tambores y flautas; fue de maravillarse ver danzar a niños tan pequeños como de 2 años, junto a jóvenes, adultos y hasta personas mayors como de 70 años.
Vino enseguida la magna procesión por la calle Washington rumbo al Centro Pastortal Diocesano, donde los miles de fervorosos fieles fueron recibidos por los Obispos Olsmted y Nevares, quienes les dieron su bendición paternal.
El treceavo evento Honra Tu Madre organizado por la Oficina de Ministerios Étnicos de las Diócesis y Ministerios de María, culminó con la Santa Misa, que tuvo una gran solemnidad. El Obispo Auxiliar Nevares fue quien dio la homilía.
Triple celebración:
Gran júbilo
El Obispo Auxiliar Eduardo A. Nevares ofreció la homilía. Tras saludar a su hermano Obispo, a los sacerdotes, diáconos, religiososas y devotos fieles, les dijo: “Estamos llenos de júbilo por los 488 años de las apariciones de la Virgen en el Cerro del Tepeyac. Estamos llenos de júbilo por el 50 aniversario de la Diócesis de Phoenix, y estamos llenos de júbillo por que el 13 de diciembre el Santo Padre Francisco cumplirá 50 años de sacerdote”, expresó.
El prelado evocó las apariciones guadalupanas ocurridas en 1531, refiriéndose de manera especial a las dulces palabras de la Madre Celestial al indito Juan Diego, que eran un mensaje o lo siguen siendo para todos nosotros.
“Como a Juan Dieguito, la Virgen de Guadalupe nos quiere a nosotros, quiere que nosotros sigamos llevando su mensaje”, enfatizó el obispo, al subrayar que todos tenemos la responsabilidad de Evangelizar con nuestras palabras y nuestro ejemplo.
A todos los que asistieron este año al evento Honra Tu Madre les dio las gracias, sobre todoa los encargados de organizer y a los coordinadores de las danzas, reconociendo su trabajo y sacrificios durante todos los meses de preparación; dijo que son un gran ejemplo para los niños y los jóvenes.
“Para estos niños y jóvenes ustedes son ejemplo de fe, entrega y devoción a la Virgen María”, les manifestó.
Ignacio Rodríguez, de la Oficina de Ministerios Étnicos y Armando Ruiz, de Ministerios de María, agradecieron a todos los participantes voluntaries, sobre todo a líderes parroquiales y coordinadores de las danzas.