Uno de los desafíos más grandes que enfrenta el Gobierno de México es garantizar la seguridad de sus habitantes. Ese desafío requiere de una estrategia común con Estados Unidos, que garantice la coordinación entre ambos países para detener el tráfico ilícito de armas, que en su mayoría tienen como último destino el formar parte del arsenal del crimen organizado en territorio mexicano.

Aunque las leyes mexicanas regulan la producción, comercialización y uso de armas de fuego, el número de delitos cometidos con estas armas ha aumentado. Actualmente, 70% de los homicidios en México son cometidos con armas de fuego.

La facilidad con la que se puede adquirir armas en Estados Unidos –debido, en parte, a la gran cantidad de tiendas o ferias de armas en el país— incrementa la compra legal de armas, que después son transportadas e introducidas de manera ilegal a México. Se estima que 7 de cada 10 armas de fuego que ingresan de manera ilegal a nuestro país provienen de Estados Unidos. Los estados de California, Texas y Arizona registran el mayor número de ventas de armas de fuego que tienen a México como destino.

En Estados Unidos no existe verificación de antecedentes para poder adquirir un arma, ni límite a la cantidad de armas que se desee comprar. Según Gun Violence Archive, en 2019 se registraron 37,096 muertes provocadas por violencia armada en Estados Unidos. Esto equivale, aproximadamente, a que diariamente murieron 100 personas por esta causa. Las víctimas son, en su mayoría, civiles, jóvenes e incluso menores de edad. El costo de la violencia armada en la Unión Americana asciende a 229 mil millones de dólares al año, casi 1.4% del PIB estadounidense.

La falta de control de armas representa una amenaza para la seguridad pública de México, pero también para los intereses de Estados Unidos. Actualmente, existen propuestas de organizaciones, así como iniciativas de legisladores estatales y federales en Estados Unidos para imponer medidas más estrictas a la producción, comercialización y uso de armas. No obstante, el reto grande.

El Gobierno de México trabaja con el Gobierno de Estados Unidos en una estrategia binacional en materia de tráfico de armas. En noviembre de 2019, representantes de ambos países se reunieron en la Ciudad de México para analizar un proyecto de acuerdo bilateral para el control de armas. Esta iniciativa contempla, entre otras estrategias, el uso de tecnología en todos los puertos fronterizos para identificar e impedir el ingreso ilícito de armas a México.

Los Consulados de México en Estados Unidos tenemos la tarea de visibilizar la importancia del control de armas y de la detención del flujo ilícito de armas a territorio mexicano. Sólo la cooperación entre ambos países permitirá frenar este grave problema, que afecta a las comunidades de ambos lados de la frontera.