En dos horas de debate, Sanders y Biden tuvieron por primera vez la oportunidad de contrastar en profundidad sus agendas de campaña. El careo se caracterizó por el tono generalmente amable entre ambos, sin estridencias, ni interrupciones, aunque hubo al menos un par de momentos en que los candidatos se enfrentaron verbalmente sin que los moderadores intervinieran para detener la discusión.
Hubo varias “primeras veces”, como cuando Biden aseguró que apoyaría a Sanders y hará campaña por él si gana las elecciones primarias, o cuando prometió escoger una mujer para que lo acompañe como vicepresidenta y hasta el tiempo dedicado a hablar de inmigración, que fue mayor que en los debates anteriores.
Biden se comprometió a designar a una mujer como vicepresidenta, en cambio Sanders no fue tan enfático y solo dijo que “con toda probabilidad” lo haría. El exvicepresidente también prometió nombrar a una magistrada negra para la Corte Suprema de Justicia.
Coronavirus y “Medicare para todos”: Sanders dijo que Estados Unidos necesita adoptar atención médica universal para responder adecuadamente a la crisis del coronavirus, un punto en el que Biden afirmó que la idea de “Medicare para todos” no haría ninguna diferencia.
Sanders se opuso a que el gobierno federal inyecte fondos a sectores económicos más afectados por el coronavirus.
Inmigración, por fin: es el primer debate en el que se habla en extenso del tema. Biden aseguró que cuando llegue a la Casa Blanca no habrá deportaciones, salvo de personas que hayan cometido crímenes, mientras que Sanders prometió adelantar una reforma migratoria integral.
Llegar a las minorías: cuando se le preguntó por qué no estaba teniendo el éxito entre los hispanos que tiene Sanders, Biden aseguró que su mensaje llega a “todos los ámbitos”. Cuando se le pregunó lo mismo al senador respecto al voto negro, Sanders dijo que su campaña está ganando la carrera “generacional”.
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