El sheriff del condado de Maricopa, Paul Penzone, señaló que preferiría no abrir la nueva instalación carcelaria, debido a su diseño interactivo mientras el coronavirus se está propagando y a su vez señaló que podrían usarse temporalmente como instalaciones médicas en caso de ser necesario.
La instalación del sur de Phoenix, que está programada para abrir el 5 de abril, está construida en torno a la interacción cara a cara y la supervisión directa, por lo que tanto empleados como detenidos serían más vulnerables al COVID-19, dijo Penzone.
Penzone escribió una carta a los funcionarios gubernamentales y partes interesadas del Condado donde detalla su razonamiento y oposición a la apertura de las nuevas instalaciones.
El sheriff señaló que el diseño del centro entra en conflicto con las recomendaciones de salud de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, además de sus propias preocupaciones.
“Mi responsabilidad número 1 es garantizar la seguridad y la salud de nuestros empleados para que puedan garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad”, dijo Penzone.
Si la apertura de la cárcel se retrasara, Penzone dijo que estaría abierto a transformarla temporalmente para satisfacer las necesidades de la comunidad de atención médica.
Los funcionarios de salud estatales han discutido el uso de instalaciones más grandes como instalaciones hospitalarias temporales si las instalaciones regulares se quedan sin habitaciones.
El centro de admisión es de 190 mil pies cuadrados y tiene espacio para mil 600 camas; todo el complejo abarca 500 mil pies cuadrados.