Salvador Reza
Phoenix, Aztlán
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(Donde vive el espíritu de la verdad)
“Valentina Valentina, rendido estoy a tus pies, si me han de matar mañana, que me maten de una vez.” Canción Mexicana Corridos de la Revolucion.
Hoy mas que nunca esta canción retumba en mis oídos como un eco de mi niñez. Y es que a mis 68 años ya me han tocado algunos sustos. A veces colectivos como el que vivimos ahora con el Corona Virus y a veces personales por algún accidente o alguna caída.
Y cuando eso pasa siempre recuerdo las palabras de mi bisabuelito Don Pedrito Fernandez Estrada: “No sea menso, su mundo se acaba cuando usted se muera”. Me lo decía usando el “usted” de respeto que la gente de la sierra de Chihuahua usa aun con los niños cuando los quieren mucho. El “usted” en las sierras de Chihuahua no es desconfianza, es el termino de cariño hacia un ser querido..
Y es que de niño mi abuelito me pedía que le leyera El Heraldo de Chihuahua, uno de los periódicos de la cadena Hearst por el cual el magnate contaminaba las mentes de los mexicanos para hacerlos simpatizantes al imperio norteamericano con la colonización mental del capitalismo, la democracia, la libertad y la justicia y así tener una población dócil y servil hacia los intereses corporativos norteamericanos.
En esa ocasión había un encabezado que decía que una persona se tiro del edificio mas alto de Chihuahua porque no quería ver el “fin del mundo”.
Eso venia a raíz que el Papa Juan XXIII supuestamente iba abrir una carta que el apóstol San Pedro había dejado para que se abriera justamente en 1960 para anunciar el fin del mundo.
El pánico se apodero de la población católica de Chihuahua y hubo varios suicidios de aquellos inocentes que adelantaron su fin para ahorrarse la molestia de ver el fin del mundo.
Recuerdo también que en los sermones el cura siempre hacia una referencia a esa famosa carta de San Pedro para alentar a los feligreses que se confesaran para al morir y que la muerte los agarrara confesados para evitar el desvió por el purgatorio o aun peor la caída al horno hirviendo del infierno.
Y es cuando mi Valentina una niña que me había enviado una cartita diciendo que quería ser mi novia me evocaba la canción que me daba la fuerza para sobreponerme al susto colectivo al son de “rendido estoy a tus pies, y si me han de matar mañana, que me maten de una vez”.
Con el terrorismo de estado para propagar el miedo yo les aconsejo a mis lectores que busquen la canción La Valentina o México Lindo y Querido y se preparen psicológicamente para perder el miedo y que no me los vacilen para justificar deportaciones con el pretexto de que somos una amenaza viral.
Al único virus que le debemos temer es el virus del miedo colectivo. Como decía un anciano Maracame Wirrarika, “al que se muera de susto, lo enterramos y se acaba el corrido”.