Salvador Reza

Phoenix, Aztlán

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(Donde vive el espíritu de la verdad)

Que no panda el cúnico”, decía el Chapulín Colorado cada vez que la cosa se ponía color de hormiga. O sea cuando el pandemonio traía a todo el mundo desesperado venía la figura del Chapulín a calmar la situación. Y a través de  una serie de acciones improvistas salía triunfador y nosotros a risa y risa de las ocurrencias del Chapulín. Y si necesitaba esconderse se tomaba su pastilla de chiquitolina y podía esconderse o entrar por lugares inaccesibles.

Y es que ahora que el “grillo anaranjado” (Donald Trump) twitea tonterías a diario el pánico cunde y nosotros en lugar de reír nos tomamos nuestra “pastilla de chiquitolina” y nos encerramos en nuestras casas a rezar que pase la peste que ataca a nuestros ancianos en una manera bíblica cuando la peste se llevaba al primer nacido.

Ahora se lleva a los enfermos y a los ancianos que para la sociedad moderna son una lacra económica que no producen para el sistema capitalista y en el intento de despoblar lo que no produce desploman el mercado de valores beneficiando a los que vendieron a tiempo y arruinando fortunas de los que se confiaron.

Acá en la Finikera la alcaldesa Kate Gallego dio la orden de que los restaurantes solo pueden vender para llevar y que no quieren a nadie sentado a riesgo de ser multados y posiblemente arrestados si no obedecen la orden de emergencia.

Sin embargo dicen que la primera semana es de educación y no darán multas; los restaurantes están descansando gente y la industria hotelera esta igualmente entregando noticias de Lay Off; las aerolíneas están a punto de irse a la bancarrota y el sistema neo liberal capitalista como lo conocemos se balancea en la cuerda floja.

Por otro lado la venta de armas se dispararon como si una bala fuera a eliminar el virus Coronado a nivel mundial sobre los seres humanos haciendo temblar hasta al Donald Trump, que ya no es el bravucón de siempre. Ahora es el “unificador” contra el enemigo “invisible” pero es que el miedo no anda en burro dicen los dichos del pueblo.

Y en China donde supuestamente empezó el virus vuelven a reabrir las ciudades y declaran que la pandemia ya paso, mientras acá, mas gente se muere de miedo que de enfermedad. Porque el miedo enferma, y si no se controla como lo hacía el Chapulín Colorado, nos neutraliza y nos daña psicológicamente abriendo las puertas a enfermedades peores que el propio Corona.

Así que a conseguir su pastilla de chiquitolina combinada con vitamina C y aguantar el temporal; adiós botellas de vino, los bares están cerrado, adiós McDonalds ya no hay asientos y ahora a enfrentar la vida familiar de la que nos hemos olvidado. Allí si sabrá si hay amor o simplemente costumbre porque dicen que con la pandemia también incrementan los divorcios.

Imaginese lo que un virus causa a una sociedad construida en la falsedad y la avaricia.