Salvador Reza

Phoenix, Aztlán

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(Donde vive el espíritu de la verdad)

Hay un viejo dicho que dice, “el hombre impone y Dios dispone”, hoy el dicho cambia a “Trump pone y el virus dispone”. Pero lejos de ser chiste es algo que nos está afectando a todos, a los poderosos y a los más humildes. Nadie se salva del virulazo, (no busque esta palabra en el diccionario) me la acabo de sacar de la manga.

El jornalero en las esquinas no sabe como le va hacer para comer. Dicen que prohibieron desalojar por tres meses por orden del Gobernador, así que cuando menos va tener techo un rato. Pero luego tiene que pagar luz, agua, y gas. La cosa que no solo es el jornalero.

El arrendador no va tener con qué pagar la hipoteca y aún si los bancos se la perdonan un par de meses antes de confiscar la propiedad, se la van apuntar para después y ¿Quien sabe como se cobren?

Después viene el McDonald’s, El Burger King, la carnicería de la esquina, la taquería, el hotdogero, que no tiene clientes porque el trabajador no tiene trabajo y esta cocinando arroz y frijoles en su casa cuando menos momentáneamente.

Esta cadena sigue de abajo para arriba porque ahora los proveedores venden menos porque los restaurantes están cerrados o venden menos de la mitad que antes, y si añades las empacadoras que cierran porque hasta la tercera parte de los empleados están contaminados entonces se prepara una crisis alimentaria.

No solo por falta de dinero, sino por falta de producto, los granjeros al no tener mercados prefieren quemar los ejotes, el grano, o tirar la leche y el queso en lugar de enviarla a bancos de comida porque no quieren bajar el precio y también porque se rompió el flujo de la producción.

Si le añades a esto el pánico, la desesperación, de millones de seres humanos en el mundo entero pues “es el acabose del mundo”, como decían mis bisabuelos durante la pandemia de la revolución mexicana.

Pero sin embargo prevalecieron y sembraron las semillas de fuerza que pasaron a los nietos y a los bisnietos, y a los tataranietos, no solo el virus pasa mutaciones.

También nosotros pasamos mutaciones es por eso que estamos aquí todavía. Sobrevivimos antes que se inventaran las vacunas, o las medicinas modernas porque nuestros abuelos tenían la relación directa con nuestros parientes del mundo vegetal, hablaban con la medicina de los árboles, las plantas, y ellas les decían que utilizar para mitigar la bacteria, el virus, parásitos, que también luchan por su supervivencia y que cumplen un papel importante en el mundo natural.

Por hay alguien dijo, “no solo de pan vive el hombre”, y tiene toda la razón, aun si el alimento es primordial para mantener nuestro cuerpo con la nutrición necesaria para seguir viviendo, también necesitamos el alimento espiritual.

Lo malo es que estamos tan podridos que agachamos la cabeza para rezar por que se vaya el virus y pedimos que se joda Venezuela, Cuba, Irán, China, Rusia y aplaudimos cuando detienen a los Guatemaltecos en la frontera de México; o cuando excluyen al migrante sin documentos de la ayuda gubernamental como si no fueran humanos, pensamos que se lo merecen por venir sin permiso.

Al virus nadie le pidió papeles, pero sin embargo nos esta diciendo, “ya dejen de fregaderas, porque la corona que me cargo no tiene partidos, no es democrática. Las fronteras me dan risa. Ustedes mismos me pasan de contrabando, además se lo buscaron y ahora andan allí chillando. La tierra como testigo que estuve aquí antes que ustedes y estaré con ustedes a la hora de su muerte. Amén”.