Más del 25 por ciento (1 de cada 4) de las pruebas COVID-19 de Arizona han dado resultados positivos en los últimos días y tanto la alcaldesa de Phoenix, Kate Gallego, como la de Tucson, Regina Romero ven el incremento de la pandemia de coronavirus como resultado de la reapertura prematura del estado.

La tasa positiva de Arizona ha aumentado a 25.9% en los últimos días, la más alta en la nación, según el Proyecto de Seguimiento COVID; esta semana se llegó a la cifra de 100,000 positivos y se anticipaban las 2,000 muertes relacionadas al coronavirus, pero el gobierno estatal refutó tener el porcentaje de contagio más alto del mundo, en respuesta a una publicación del influyente periódico New York Times.

Mientras tanto, las comunidades de color de Phoenix, han resentido cierta desatención y batallado para la obtención de pruebas gratuitas, pese a la insistencia de Kate Gallego para la instalación de un centro de prueba mega-COVID-19 que ha sido denegado por parte de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).

Miles de personas han acudido a la realización de pruebas en el este y sur de Phoenix, sin embargo, otros tantos miles no han podido acceder al servicio limitado a pesar de haber esperado en pleno calor, hasta por 8 horas en sus vehículos.

Duros señalamientos

Las alcaldesas de las dos ciudades más importantes de Arizona hablaron fuerte respecto a la creciente pandemia y en parte responsabilizaron al gobierno estatal por haber reabierto demasiado pronto cediendo a la presión de Donald Trump y sus seguidores, pero además a la falta de conciencia de la ciudadanía.

“Abrimos demasiado pronto en Arizona, teníamos clubes nocturnos abarrotados repartiendo champaña gratis, sin máscaras  y nuestros jóvenes de 20 a 44 años … realmente lideraron la explosión, pues vimos a muchas personas ir a grandes reuniones familiares e infectar a sus seres queridos”, dijo Kate Gallego.

Tanto Kate Gallego como Regina Romero, alcaldesa de Tucson y otros alcaldes de Arizona habían pedido previamente a Ducey que les diera poder para tomar decisiones a nivel local, lo que Ducey no permitió hasta hace unas semanas con las ordenanzas de máscaras.

“El aumento en los casos de COVID está directamente relacionado con la apertura del estado por parte del gobernador Doug Ducey”, afirmó Romero.

Igualmente Kate Gallego mostró su preocupación ante la lentitud en el procesamiento de pruebas y los pocos puntos para realizarlas, a menudo inaccesibles sobre todo para las minorías trabajadoras.

Gallego dijo que pidió varias veces a FEMA que implementara un sitio de pruebas de manejo a gran escala, como lo han hecho en ciudades como Houston, Texas, desde los primeros días de la pandemia.

Su solicitud inicial fue en abril, pero funcionarios del gobierno federal le dijeron que los números de casos de Phoenix no eran lo suficientemente altos como para merecer esa infraestructura y ahora que Arizona ha superado los 100,000 positivos y se acerca a las 2,000 muertes, fue nuevamente denegada.

“Dijeron que están tratando de alejarse de ese tipo de sitio de pruebas y no quieren abrir ninguno nuevo”, señaló la alcaldesa.

Pero Gallego dijo que la carga de casos de Arizona exige un sistema de prueba a mayor escala, luego de visitar el sitio de exámenes en South Mountain Community College el pasado de semana, donde la gente esperaba hasta 8 horas.

“Para empezar, estas son personas que se sienten enfermas, miserables y deshidratadas, y queremos poder mejorar al hacerles la prueba”, dijo.

La decisión de FEMA de alejarse de los sitios de pruebas masivas se produce cuando, el presidente Donald Trump, criticó el aumento de las pruebas, diciendo que es el culpable de un aumento en los casos positivos de COVID-19.

Jóvenes, los propagadores

El secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, señaló que el aumento continuo en los casos de coronavirus en Arizona y en todo el país puede atribuirse a la falta de responsabilidad entre las personas más jóvenes.

Y es que  el porcentaje de pruebas positivas reportadas en personas entre las edades de 20 y 44 años ha aumentado de 49% a 53% en las últimas tres semanas.

“Ciertamente, hay un elemento de comportamiento que no podemos negar, ya que hemos visto que la edad promedio de las personas con pruebas positivas se reduce drásticamente”, dijo Azar.

Azar cree que la propagación está aumentando entre las personas más jóvenes porque son ellos quienes han acudido a bares y grandes reuniones sociales desde que los estados reabrieron sus puertas.

Azar dijo que es importante que las personas más jóvenes reconozcan que incluso si COVID-19 no es potencialmente dañino para ellos, podría serlo para otros.

“Podrían poner a otros en riesgo a su alrededor, las personas que les importan profundamente o los extraños con los que se encuentran”, dijo Azar.

Llegando al límite

Los funcionarios estatales de salud también dijeron a los hospitales que podían activar su plan de estándares de atención de crisis: pautas sobre cómo clasificar a los pacientes y asignar recursos escasos durante una emergencia.

Las camas de la unidad de cuidados intensivos de Arizona tienen actualmente alrededor del 90% de su capacidad, según datos estatales.

El sistema hospitalario más grande del estado, Banner Health, está tratando de liberar espacio para los pacientes con COVID-19 reutilizando las camas pediátricas y doblando las habitaciones.

Arizona solicitó al gobierno federal 500 trabajadores de atención médica de primera línea para apoyar el sistema hospitalario.