El gobierno de Donald Trump desechó un plan para retirar las visas y favorecer la deportación de estudiantes universitarios internacionales que tomaran solo clases online ante la pandemia del coronavirus.

Dicho plan proponía invalidar las visas tipo F-1 y M-1 a estudiantes extranjeros que recibieran clases en línea durante este otoño y que, por no registrarse en clases presenciales, debían marcharse del país por su voluntad o, de lo contrario, afrontar un proceso de deportación.

Sin embargo, prestigiosas universidades como Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por su sigla en inglés), presentaron una demanda federal en Boston al gobierno por la propuesta de la actual administración, a la que una jueza respondió este martes.

La jueza de distrito Allison Burroughs tenía previsto escuchar los argumentos de los demandantes en el caso, pero, justo al comienzo de la audiencia, anunció que el gobierno había acordado con ambas universidades desistir de su nueva política, informan varios medios.

“El gobierno ha acordado rescindir” de esa medida y de cualquier implementación de la misma, dijo Burroughs, citada por AFP. El lunes pasado, la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), anunció un cambio al reglamento y dijo que prohibiría que los estudiantes universitarios internacionales se permanecieran en Estados Unidos si las clases en su escuela se ofrecen completamente debido a la crisis sanitaria por la pandemia.

Solo podrían quedarse en el país norteamericano si se transfirieran a otra universidad y tomaban un porcentaje de clases de forma presencial, una medida que rápidamente desató la polémica.

Es “cruel” y vino “de la nada (…) Creemos que la orden de ICE es una mala política pública y que es ilegal”, dijo el presidente de Harvard, Lawrence S. Bacow, en un mensaje a los estudiantes, refiriéndose al plan.

En el año fiscal de 2018, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reportó un total de 1.9 millones de ingresos de portadores de visa F-1 y F-2, destinada a familiares inmediatos de F-1 tales como cónyuges e hijos menores de edad solteros.

“Las preguntas consumen mis pensamientos 24/7. Pienso en que tengo que romper el contrato de arriendo, pienso que tengo que vender mis muebles y que tengo que cerrar todas mis cuentas de banco. También trato de analizar qué alternativas tengo; si es posible solo irme y volver en enero a completar mi maestría, si es posible pedir a la universidad una devolución, o si es posible hablar con un abogado sin que me cueste mucha plata y tener más lucidez”, comentó un estudiante