El líder comunitario arizonense, Rafael “Ralph” Romero, murió el pasado viernes 11 de septiembre en Tucson y deja un legado muy grande en educación, especialmente en el área de los inmigrantes. Era tal su dedicación a este sector que creó el “PPEP Inc., del Fondo de Becas para Migrantes Ralph Romero”.

  Rafael nació en Douglas, AZ, y vivió varios años en Agua Prieta Sonora donde sus papás fueron dueños del centro nocturno “Copacabana Club”. Creció escuchando a los lugareños contar sus historias y oyendo la música tradicional mexicana. Además, Rafael, compartía con su padre el amor a los caballos. A los nueve años le tocó presenciar la legendaria y famosa carrera entre el “Relámpago” también conocido como el “Zaino de Agua Prieta”, propiedad de su padre don Rafael Romero y el “Moro de Cumpas” (Antonio Aguilar y varios artistas también muy famosos grabaron el corrido escrito por Leonardo Yáñez “El Nano”) que se llevó a cabo en las calles de la ciudad. Cuál no sería su alegría al ver ganar a su caballo. La escena quedó grabada en su mente para siempre.

   Cursó gran parte de sus estudios en Douglas y recibió su licenciatura y varias certificaciones de la Universidad Estatal de Arizona.

   Trabajó veintidós años para el Departamento de Educación del Estado de Arizona en una posición ejecutiva donde creó varios programas y proyectos para ayudar al avance escolar de nuestros estudiantes. Se desempeñó como Director Estatal de Arizona del programa de Educación Migrante desde 1995 hasta su jubilación en 2015.

   Fue miembro de mesas directivas en muchas organizaciones a nivel local y nacional y recibió varios reconocimientos a lo largo de su exitosa carrera.

   También fue miembro activo y perteneció a varios comités en la Comisión Arizona-Sonora donde trabajó muchos años proporcionando asesoría en educación bilateral.

   En el plano personal, a Rafael le gustaba mucho convivir con su familia y sus amigos. Nunca faltaban las carnes asadas en su casa donde él y su esposa Gemma siempre fueron increíbles anfitriones. Y las interminables noches de karaoke se hicieron tan famosas que casi todo su grupo de conocidos, que era muy grande, varias veces estuvimos ahí. Tenía una gran selección de música para todos los gustos, especialmente de Elvis Presley (Rafael cantaba esas canciones), rock&roll mexicano (yo cantaba las de Angélica María), rancheras y de todo un poco. Eso si, nadie se iba sin cantar.

   A Rafael le gustaba hablar de política y de los problemas que enfrenta la comunidad hispana. Su voz era de razón y lo escuchábamos con atención y respeto. Estaba siempre pendiente de los sucesos que se desarrollaban en México y Latinoamérica.

   Rafael era un hombre que contagiaba su alegría y amor por la vida. Siempre amable, con una sonrisa y con palabras de aliento para el que lo necesitara. Como amigo, el mejor.

   El amor a su familia era evidente. Conviviendo con su hermosa Gemma, recorriendo el mundo, siempre juntos, de la mano o abrazados, una pareja ejemplar. Los hijos y nietos complementaban su vida y la llenaban de amor. Una familia muy unida y querida por todos.

   Rafael deja un espacio vacío imposible de llenar, pero nos queda un legado de amor profundo e incondicional a sus seres queridos y de cariño verdadero a sus amigos.

   Será recordado en nuestra comunidad por la gran labor voluntaria que brindó en diversas organizaciones sin fines de lucro y por la creación del “PPEP Inc., del Fondo de Becas para Migrantes Ralph Romero”.

   La beca se otorga a estudiantes trabajadores agrícolas temporales migrantes del PPEP Tec H.S. campus para continuar con su educación postsecundaria. Si desean hacer in donativo para ayudar a estos estudiantes y para honrar a Rafael por favor entren al enlace

La Madre Santa Teresa de Calcuta escribió una frase que me pareció muy apropiada para Rafael porque lo define perfectamente bien:

  “En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo”.

   Nos unimos al profundo dolor de la familia Romero (Gemma, Odette, Rafael, Jeannette e Yvette) y le rogamos a Dios por el eterno descanso de su alma.

   Rafael seguirá viviendo en los corazones de cada uno de sus seres queridos y en los de sus amigos cercanos que nunca lo olvidaremos.

   Hasta que nos volvamos a encontrar.