El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) de anunció esta semana que realizó más de 2,000 arrestos durante una operación nacional de seis semanas en julio y agosto que se enfocó en aquellos con condenas y cargos criminales, pero también condujo al arresto colateral de algunos inmigrantes indocumentados con registros limpios.
Como parte de la operación, los agentes de ICE realizaron arrestos “generales”, que tuvieron lugar en residencias, lugares de trabajo y paradas de tráfico en todo el país, incluso en grandes áreas metropolitanas como Los Ángeles, donde la oficina de campo de ICE detuvo a la mayoría de los inmigrantes.
ICE dijo que la operación estaba dirigida a inmigrantes indocumentados y otras personas sujetas a deportación que habían sido acusadas o condenadas por un delito que involucraba a una víctima.
Aproximadamente el 85% de los arrestados tenían condenas penales o cargos que iban desde asalto y delitos sexuales hasta abuso doméstico y robo, Henry Lucero, el director ejecutivo asociado de ICE que está a cargo de las detenciones y deportaciones.
El resto de los arrestados incluyen inmigrantes que fueron deportados por un juez de inmigración pero que no se fueron o previamente deportados que habían vuelto a entrar a los al país, como parte de los llamados arrestos colaterales.
La agencia anunció en marzo que se centraría en detener a las personas con ciertos antecedentes penales y a las que se considere que representan una amenaza para la seguridad pública durante la pandemia de coronavirus.
Respecto a que las recientes detenciones de inmigrantes sin condenas ni cargos, no se ajustaban a ese anuncio, Lucero ofreció una aclaración sobre la llamada “postura de ejecución”, y reiteró que la postura de aplicación de la ley, que según él sigue vigente, no exime a los inmigrantes sin antecedentes penales de las acciones de aplicación de la ley.
“Nunca dijimos que íbamos a dejar de arrestar a personas, dijimos que íbamos a priorizar y enfocarnos en aquellos que son amenazas a la seguridad pública. Y eso es exactamente lo que hicimos durante esta operación, pero nunca dijimos que vamos a dejar de arrestar a cualquier tipo de infractor de inmigración”, dijo Lucero.
Desde los primeros días de la administración Trump, los agentes de ICE ya no han estado vinculados a las políticas de la era de Obama que les indicaban que se concentraran en arrestar y deportar a inmigrantes con ciertos antecedentes penales, personas que cruzaron recientemente la frontera y aquellos que regresaron al país después de ser deportados.
ICE y sus prioridades de aplicación bajo la presidencia de Trump se han convertido en un punto focal del debate más amplio de la nación sobre la inmigración, y algunos legisladores demócratas piden la abolición de la agencia.
Los defensores de los inmigrantes también han criticado la respuesta de ICE a la propagación del coronavirus dentro de su extenso sistema de detención de inmigrantes, que es el más grande del mundo.