La atención que Donald Trump ha puesto en Arizona con sus 7 visitas durante la campaña, demuestra la importancia del estado en la elección presidencial y es que aunque en números fríos sólo represente 11 votos electorales, todo indica que estaría perdiendo en uno de los estados más republicanos del país.
Y es que Arizona tiene muchos motivos para el cambio y una larga historia de lucha social que levantó a las minorías, con políticas como la SB1070 y la cacería de inmigrantes implementada en su momento por el ex alguacil Joe Arpaio, pero además, su propia historia de violencia policiaca contra las minorías, especialmente latina y afroamericana.
Eso sin contar el impacto que la pandemia de COVID-19 que vino a terminar con la cacareada bonanza económica, la principal carta de recomendación que Trump exhibía previo a la debacle y que le hizo caer de la gracia de los votantes mayores, tanto anglos como de minorías.
Esto subraya un problema importante para Trump en un estado clave que ningún demócrata ha ganado desde Bill Clinton en 1996 y donde las encuestas revelan que los votantes tienen una visión desfavorable y hasta irresponsable del manejo de la crisis por parte del Presidente.
Trump ha perdido mucho terreno también con los habitantes de los suburbios y las mujeres, dos grupos críticos y los cambios demográficos, particularmente jóvenes recién llegados y la creciente población latina, están apuntando al cambio.
Pero este año, el combustible que ha acelerado el cambio es la pandemia de COVID-19, pues casi 235,000 personas han sido infectadas en Arizona, provocando casi 6,000 muertes y si bien los casos disminuyeron brevemente después de un enorme pico en el verano, los diagnósticos están aumentando alarmantemente.
En Arizona, como es el caso a nivel nacional, las infecciones y las muertes afectan de manera desproporcionada a las personas mayores y las personas de color, sobre todo los latinos.
Y debido a que Arizona tiene una gran parte de ambos grupos, la insatisfacción con la forma en que Trump ha manejado la pandemia está apareciendo notablemente en las encuestas electorales en las que Joe Biden se encuentra adelante.
Revolución republicana
Donald Trump encontró oposición a sus aspiraciones en la verdadera base conservadora republicana, desde el legendario senador John McCain y también Jeff Flake, que prefirió renunciar a mantenerse “alineado”, al igual que otras voces importantes como el ex representante Jim Kolbe.
Sin embargo el cambio en las bases sociales lo empezaron líderes como Yasser Sánchez, que desde hace un año denunciaba el práctico secuestro del Partido Republicano y sus valores por parte de Trump y se declaró independiente, para desde entonces hacer campaña a favor de la fórmula demócrata.
Y sus esfuerzos han dado frutos en un área tan conservadora como la propia Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y el éste del Valle, en ciudades como Mesa y Gilbert.
Los movimientos Adiós Trump, Republicanos Por Biden, Lincoln Proyect y Votantes Republicanos Contra Trump han colmado las redes sociales con miles de razones para evitar la reelección.
Sumado el respaldo de la venerada familia McCain, encabezada por la viuda Cindy, definitivamente ha generado un vuelco en las preferencias de Arizona.
El poder latino es real
En la más reciente encuesta de Arizona, Joe Biden aventaja por 3 puntos porcentuales a Trump, pero según el New York Times tiene una enorme ventaja de 38 puntos porcentuales sobre Trump entre los votantes latinos producto de los esfuerzos de base que los demócratas han hecho en los últimos años, que se remontan a la lucha contra la controvertida ley estatal de “muéstrame tus papeles”.
Igualmente, la llegada masiva de foráneos al área metropolitana de Phoenix, la ciudad de más rápido crecimiento en el país, ha aumentado la cantidad de votantes jóvenes con educación universitaria en el condado de Maricopa, que alberga Phoenix, sus suburbios expansivos y en crecimiento y más del 60 por ciento del electorado del estado y esa demografía ayudó a impulsar las victorias demócratas en todo el país en las elecciones intermedias de 2018.
Solo un candidato de cualquiera de los partidos principales, durante la última década, ganó en todo el estado y perdió el condado de Maricopa; trump ganó el condado de Maricopa en 2016 por 2,9 puntos porcentuales (y los votantes suburbanos por 16 puntos porcentuales.
Pero ahora los votantes en la “región de Phoenix” respaldan a Biden entre un 57 y un 29 por ciento, y en el “resto de la región del condado de Maricopa” del estado entre un 46 y un 45 por ciento.
Al cierre de la edición la candidata a la vicepresidencia Kamala Harris hacía su segunda visita al estado y Donald Trump su séptimo viaje con eventos masivos; los candidatos demócratas han realizado con éxito su campaña de forma virtual y con distanciamiento social.