Las posibilidades de un cambio sustancial en el sistema de inmigración en Estados Unidos son escasas y, encarado con un Congreso dividido no puede esperarse que el presidente electo, Joe Biden, dé al asunto la prioridad que le ha otorgado Donald Trump, advirtieron este lunes expertos.
El gobierno del presidente Trump ha restringido el otorgamiento de asilo, separado a miles de menores de edad de sus familias migrantes indocumentadas, y decretado la posible negación de visas de residente legal a extranjeros que, a criterio de los funcionarios de inmigración, puedan recurrir a programas de asistencia pública.
Algunas de estas medidas que se aplican bajo decretos, explicó Sarah Pierce, analista del Instituto de Política Migratoria (MPI), pueden darse por terminadas por decreto, como las vedas de viajes ordenadas por Trump en 2017 para residentes de ciertos países o modificaciones en la Acción Diferida (DACA) que abrirían ese amparo migratorio a otros 400 mil extranjeros.
Una primera decisión de Biden podría dar por terminada es el llamado Protocolo de Protección de Migrantes (MPP), por el cual EU ha enviado a México y América Central unas 60 mil personas que llegaron a la frontera pidiendo asilo y ahora aguardan el trámite de sus pedidos, dijo Doris Meissner, exdirectora del entonces llamado Servicio de Inmigración y Naturalización.