A la edad de 62 años dejo de existir el empresario, Carlos López, originario de Guadalajara, Jalisco, quien siempre fue reconocido como un hombre dinámico, creador de nuevos proyectos, guía y maestro de muchos de los negocios de mofles que trabajan el mercado en la ciudad de Phoenix.
Llegó a Estados Unidos, con el sueño americano de muchos, sacar adelante a su esposa e hijos, y logró mucho más de lo que se propuso.
Gracias a su tenacidad logro abrir diez negocios de mofles, el primero de ellos ubicado en calle McDowell y Avenida 27 y aunque era su especialidad no sólo la enfocó en los talleres, sino que también abrió un Nigh Club, una revista, vendió autos usados y demás.
Lo importante de sus logros, fue que siempre generó nuevas fuentes de empleo, apoyando a quien se lo pedía, sin esperar nada a cambio.
Son muchos quienes aun estan agradecidos por lo que aprendieron trabajando a su lado.
A Don Carlos le sobrevive su esposa Ramona López y sus hijos Luis, Carlos, Leonél, Martha, América, Alondra, así como sus nietos Carlos, Santiago, Martin, Isabella, Evangelina, Ignacio, Amanda, Jason y Larisa.
“De manera personal puedo decir fue un amigo incondicional, respetuoso, responsable, sencillo a quien está de más decirlo, extrañare profundamente”.