El tiempo tiende a ser benévolo con el corazón; lo remienda. Con los años los dolores se destiñen y las ausencias se atenúan; los vacíos se llenan de recuerdos y las lágrimas se transforman en nostalgia. Y ahí, en la paz, es donde nace la memoria. Hoy honramos aquí la de don Manny García.
¿Quién era? Eso dependerá a quién se lo pregunten. Para algunos era el señor ojiazul de las tardeadas musicales en El Gran Mercado; para otros, el prominente empresario hispano fundador del periódico Prensa Hispana; para unos cuantos, el promotor de talentos locales y eventos comunitarios, pero para los más cercanos era todo eso y mucho más: el amigo entrañable, el papá consentidor, el sobrino alcahuete o el jefe despistado.
Cuesta trabajo hablar de Don Manny en pasado, porque aún se siente tan presente. Su legado lo mantiene vivo: Prensa Arizona, una publicación que le da eco a las historias de la comunidad y un compromiso de informar con la verdad. Ironías de la vida, él que le huía al protagonismo, se convirtió en el alma detrás de las letras.
Se cumplen dos años de su inesperada partida. El corazón lo traicionó y ni el amor logró traerlo de regreso. En su tumba hay flores y esta noche se elevarán por él varios rosarios. Hoy celebran su vida y sus sonrisas, los regalos que le sobrevivieron y las historias que alcanzó a contar.
¡Un abrazo hasta el cielo, Don Manny! Recordamos hoy su memoria y este paso terrenal que lo hizo eterno.