Estados Unidos requerirá que los pasajeros de aerolíneas de Gran Bretaña obtengan una prueba COVID-19 negativa antes de su vuelo, anunciaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades el jueves por la noche.

Estados Unidos es el último país en anunciar nuevas restricciones de viaje debido a una nueva variante del coronavirus que se está propagando en Gran Bretaña y otros lugares.

Los pasajeros de aerolíneas del Reino Unido deberán obtener pruebas negativas de COVID-19 dentro de los tres días posteriores a su viaje y proporcionar los resultados a la aerolínea, dijeron los CDC en un comunicado. La agencia dijo que la orden se firmará el viernes y entrará en vigencia el lunes.

“Si un pasajero elige no tomar una prueba, la aerolínea debe negarle el embarque”, dijo el CDC en su comunicado.

La agencia dijo que debido a las restricciones de viaje vigentes desde marzo, los viajes aéreos a EE. UU. Desde el Reino Unido ya se han reducido en un 90%.

El fin de semana pasado, el primer ministro británico, Boris Johnson, dijo que la nueva variante del coronavirus parecía extenderse más fácilmente que las anteriores y se estaba moviendo rápidamente por Inglaterra. Pero Johnson enfatizó que “no hay evidencia que sugiera que sea más letal o cause una enfermedad más grave”, o que las vacunas serán menos efectivas contra ella.

Esta semana, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que tres aerolíneas con vuelos de Londres a Nueva York (British Airways, Delta y Virgin Atlantic) acordaron exigir a los pasajeros que realicen una prueba de COVID-19 antes de subir al avión. United Airlines acordó el jueves hacer lo mismo para sus vuelos a Newark, Nueva Jersey.

Gran Bretaña ha estado bajo una presión considerable desde que se hizo pública la noticia de la nueva variante del virus. Unos 40 países impusieron prohibiciones de viaje a Gran Bretaña, dejando a la nación insular cada vez más aislada.

Francia relajó su prohibición relacionada con el coronavirus a los camiones procedentes de Gran Bretaña el martes después de un enfrentamiento de dos días que dejó varados a miles de conductores y generó temores de escasez de alimentos navideños en el Reino Unido.

Las autoridades francesas dijeron que los conductores de reparto podían ingresar en ferry o túnel siempre que mostraran pruebas de una prueba negativa para el virus.

Pero las restricciones francesas fueron particularmente preocupantes, dado que Gran Bretaña depende en gran medida de sus vínculos comerciales a través del Canal con el continente para obtener alimentos en esta época del año.