Como veterano, el representante de Arizona Rubén Gallego está consternado por la falta de respeto de algunos miembros del servicio militar y veteranos que atacarían al mismo gobierno para el que se inscribieron para proteger. Gallego, un veterano de la guerra de Irak, dijo que era inaceptable que miembros del ejército asaltaran el edificio del Capitolio y pidió que se los castigara por sus acciones.
“Si algún militar o jubilado estaba en la turba de linchamiento que atacó el Capitolio, tenemos que arrojarles el libro como los terroristas que son, hay que quitarles su rango, su paga; el Departamento de Defensa debería enjuiciar a quienes ensucian sus juramentos”, dijo el representante Gallego.
Gallego junto con la representante de California Sara Jacobs envió una carta al secretario de Defensa interino, Christopher Miller, solicitando enjuiciar a los militares activos y los veteranos involucrados en el ataque al Capitolio.
“Por favor, pida a las agencias de investigación del Departamento que trabajen en estrecha colaboración con el Departamento de Justicia y la Oficina Federal de Investigaciones para identificar a los miembros actuales del ejército que participaron en el ataque para acusarlos y enjuiciarlos bajo todas las autoridades pertinentes del Código Uniforme de Justicia Militar”, dice la carta.
El representante Gallego dijo que tiene varios amigos que son veteranos y partidarios del presidente Donald Trump, pero agregó que nunca se habrían rebelado en el Capitolio.
“Ninguno de ellos haría algo como esto, este es un grupo muy extremo, y por eso tenemos que castigarlos y castigarlos duramente para que otros militares y veteranos entiendan que esto no es aceptable”, dijo Gallego.
El 6 de enero, miles de extremistas de derecha invadieron el edificio del Capitolio. Muchos de ellos usaban parafernalia de Trump, y otros fueron vistos con equipo militar; no está claro cuántos miembros activos del servicio militar y veteranos fueron parte del ataque de la semana pasada al Capitolio.
Sin embargo, una de las cinco personas que perdieron la vida fue Ashli Babbitt, de 35 años, una veterana de la Fuerza Aérea del sur de California, quien recibió un disparo de un oficial de policía de Capitol Hill después de irrumpir en el edificio.
Los oficiales del ejército están investigando la participación de la capitana Emily Rainey, una oficial destacada en Fort Bragg en Carolina del Norte, quien dirigió a un grupo al mitin organizado por el presidente Donald Trump. Rainey, quien es parte del Cuarto Grupo de Operaciones Psicológicas, dijo que ella estaba allí como ciudadana privada y “haciendo todo bien y dentro de mis derechos”, fesde entonces ha dimitido del ejército.