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Tonatierra

Salvador Reza

Phoenix, Aztlán

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(Donde vive el espíritu de la verdad)

En Venezuela los Estados Unidos escogen como presidente a un desconocido entrenado por la Agencia Central de Inteligencia llamado Juan Guaido. Después de fallidos golpes de estado ataques con drones, invasiones por mercenarios ex agentes de fuerzas especiales de Estados Unidos, el presidente legítimamente elegido por el pueblo Nicolás Maduro sigue gobernando muy a pesar de Donald Trump, Nancy Pelosi y Mitch McConnell.

Pero ahora en Estados Unidos se voltearon los papeles y por primera vez desde la guerra civil hay posibilidades de que se desate la violencia en medio de una crisis virulenta por el hecho de que el ególatra Donald Trump quiere orquestar su propio golpe de estado olvidándose de las reglas que el establecimiento ha puesto para mantener la calma y tranquilidad domestica en la cabecera del imperio norteamericano.

Y es que Donald Trump no estaba jugando cuando bromeaba que seria reelegido en perpetuidad. No estaba bromeando cuando dijo que admiraba a Kim Jong Un, el gobernante de Korea del Norte; el quería y quiere cambiar las reglas de juego apoyado en aproximadamente la mitad de los votantes en Estados Unidos.

Cuando todos los ex secretarios de estado, y la mayoría de los generales retirados hacen una carta pública a las fuerzas armadas que el ejército no debe involucrarse en la política electoral del país, es porque se escucha bramar el río.

Cuando públicamente ex generales dicen que el ejército no tiene la obligación de obedecer órdenes que van contra la constitución, es porque Donald Trump posicionó en el pentágono gente leal a su personalidad y locura.

Puso en el ultimo momento a Christopher C Miller, un Rambo de la vida real, especializado en ataques contra Syria y asesinatos pre planeados como el de Abu Bakr Al-Baghdadi, líder del estado islámico, para dirigir las fuerzas armadas a nivel mundial.

Puso en posición de poder a personas que ven manifestaciones de Black Lives Matter o jóvenes anarquistas como el anti-fa como terroristas domésticos. Esto aunado a las milicias leales a Donald Trump, y las movilizaciones orquestadas para negar la elección presidencial, que el no esperaba perder, producen un cocktail Molotov politico que no se había visto en Estados Unidos desde la guerra civil.

Y como el mismo dijo en su manifestación en Georgia: “Esperen las siguientes dos semanas y verán las sorpresas que tengo para reclamar la presidencia que me han robado”.

Para cuando salga esta columna veremos si el Vice Presidente Mike Pence le sigue el rollo y anula los resultados del colegio electoral que le dieron la victoria a Joe Biden. Lo que si es seguro es que Donald Trump no se ira con dignidad y respeto. Seguirá tirando rabietas de niño mal educado.

Lo malo es que tiene en su poder juguetes nucleares y hasta el último momento tendrá en sus manos el maletín con las claves nucleares que pudieran desatar  la destrucción y el caos no solo a nivel doméstico sino a nivel mundial, con ataques nucleares limitados a Irán, posible asesinato a Nicolas Maduro, e invasion a Venezuela.

Espero que esto no pase pero con un loco en la Casa Blanca todo es posible. Medio millón de muertos por la pandemia sería nada a lo que puede seguir hasta que Donald Trump este fuera.