El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) alentó a todos los inmigrantes indocumentados a recibir la vacuna COVID-19, asegurándoles que no serán puestos bajo custodia de inmigración.
“Es un imperativo moral y de salud pública garantizar que todas las personas que residen en los Estados Unidos tengan acceso a la vacuna. El DHS alienta a todas las personas, independientemente de su estado migratorio, a recibir la vacuna COVID-19 una vez que sean elegibles según las pautas de distribución local”, dijo el departamento en un comunicado.
Los trabajadores inmigrantes, muchos de los cuales ocupan trabajos esenciales en la primera línea contra el virus, se encuentran entre los más afectados por el virus, según numerosos grupos de salud.
Es un cambio importante en el tono del ex presidente Donald Trump, quien utilizó al DHS y sus diversas agencias para tomar medidas enérgicas contra los inmigrantes indocumentados, así como contra los inmigrantes legales en el país y llegó al extremo de intentar penalizar a los inmigrantes por usar ayuda del gobierno bajo la llamada regla de “carga pública”.
Las políticas restrictivas causaron miedo a los inmigrantes indocumentados, incluso a aquellos con hijos ciudadanos estadounidenses, para acceder a los servicios a los que tenían derecho legalmente.
El DHS descartó operaciones de inmigración en o cerca de hospitales, clínicas de salud y atención médica, incluidos los centros de vacunación.
“El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y el Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) no realizarán operaciones de cumplimiento en o cerca de los sitios o clínicas de distribución de vacunas”, dijo el comunicado.
Biden anunció que secomprarían 200 millones de dosis adicionales de la vacuna COVID-19, además de las dosis existentes, para cubrir la inoculación de casi 300 millones de personas para el otoño.