Los migrantes que cruzan las zonas fronterizas de Arizona han muerto a tasas más altas en las últimas dos décadas desde que una mayor aplicación de la ley comenzó a canalizarlos hacia regiones desérticas y montañosas remotas y hostiles, concluyó el lunes un nuevo análisis de gran alcance.
El informe del Instituto Binacional de Migración de la Universidad de Arizona brinda una mirada multidisciplinaria a las investigaciones de muertes de migrantes en la frontera en Arizona durante 30 años. Se basa en la experiencia de antropólogos, geógrafos, otros especialistas y el médico forense jefe del condado de Pima, Greg Hess, cuya oficina rastrea las recuperaciones en todo el estado.
Daniel Martínez, codirector del instituto, dijo que los migrantes “están pereciendo en algunos de los terrenos más peligrosos y accidentados del sur de Arizona”.
Los restos de al menos 3.356 personas que cruzaron la frontera se encontraron en la región fronteriza de Arizona entre 1990 y 2020. Eran abrumadoramente hombres, de entre 20 y 49 años y de México, aunque la proporción de centroamericanos entre los muertos ha aumentado. La mayoría murió por exposición o causas indeterminadas. Casi dos tercios fueron finalmente identificados.
“Este informe es importante porque no hay datos similares disponibles en toda la frontera”, dijo Robin Reineke, investigadora científica social asistente en el Southwest Center de la universidad.