En pocas ocasiones segundas partes han sido dignas de mantener una historia firme, pero el director y actor John Krasinski presenta por segunda ocasión esta historia que promete no defraudar a los fanáticos.
La experiencia de asistir a un cine hace todavía más interesante la trama, ya que el mismo ruido de las palomitas puede crear una psicosis en el público en general.
Emily Blunt como siempre espectacular en su actuación, sin embargo, los ojos se centran en la joven actriz Millicent Simmonds que lleva la carga de un personaje clave dentro de esta película, la adolescente que por desgracia perdió su capacidad auditiva con tan solo 1 año de edad debido a una sobredosis en sus medicamentos, brinda una interpretación espectacular en su personaje que hace que el público se identifique con ella.
No hay que pasar por alto los talentos de Cillian Murphy y Dijamon Hounsou que se suman a este elenco.
Algo que me llama la atención de esta película independientemente de las actuaciones, son los pequeños detalles que encontramos en el desarrollo de la trama, detalles que hacen que conecte más el público con la primera parte.
Pero ¿Qué hay de los seres extraterrestres? Sabemos que son capaces de tener una percepción auditiva muy sensible, y cualquier ruido podría ser mortal para los seres humanos.
Al final de la primera entrega Regan interpretada por Simmonds descubre que su aparato auditivo tiene la capacidad de emitir un ruido muy agudo que molestaba la sensibilidad de estos seres de ahí que la familia de Regan encuentra un mecanismo de defensa en contra de ellos.
Ya por último tenemos que decir que la película nos dejará en suspenso al saber que se prepara una tercera parte. Y no tardo mucho en darse a conocer que nuevamente Krasinski tendrá la batuta para cumplir con una trilogía.
A quiet place II entregó un box office de 57 millones de dólares en su semana de inicio, marcando un récord en épocas de pandemia y las salas de cine ven una luz al final del túnel, de hecho, Prensa Arizona al igual que ganadores de nuestra promoción fueron testigos del regreso a funciones exclusivas por parte de los estudios.