Phoenix ya vivió la historia dos veces en su intento por lograr el campeonato de la NBA en los 70s y en los 90s: No es fácil. Nunca ha sido fácil. No se supone que sea fácil.
Retiren los cánticos “Suns in four”, Phoenix. Esos sueños de barrida se fueron, después de un Juego 3 en Milwaukee en el que Devin Booker falló casi todos sus tiros y terminó en la banca, Deandre Ayton se metió en problemas de faltas, nadie pudo marcar a Giannis Antetokounmpo por segundo juego consecutivo y lo que fue un el reñido enfrentamiento en el tercer cuarto se convirtió en una paliza en un instante.
Las Finales de la NBA son una serie nuevamente, los Bucks ganaron 120-100 el domingo para ponerse 2-1 y con el juego cuatro de nuevo en su casa. Y eso significa que Phoenix, que estaba volando después de los Juegos 1 y 2, pasará los próximos días tratando de descubrir cómo recuperar su encanto después de que los Bucks simplemente jugaron con más desesperación en el Juego 3.
“Sabíamos que venía y no respondimos bien”, dijo el entrenador de los Suns, Monty Williams.
Las barridas de las Finales de la NBA son raras, pues han sucedido solo seis veces en los últimos 46 años; todo lo que ha sucedido hasta ahora en esta serie es que se ha protegido la ventaja de local; Phoenix ganó los Juegos 1 y 2 en el Valle, Milwaukee se llevó el Juego 3 y la forma se ha mantenido ¡No es momento de entrar en pánico!
Dicho esto, la rodilla de Antetokounmpo claramente no lo detiene; Jrue Holiday fue mejor; Khris Middleton jugó bien; Bobby Portis le dio a Milwaukee algunos minutos clave y los Bucks encontraron su ritmo en el tercer duelo de la serie.
“Estaremos bien, vamos a ver una película, vamos a hablar de esto, vamos a hacernos cargo y simplemente responder”, dijo el alero de los Suns, Jae Crowder.
Booker fue reemplazado con 48 segundos restantes en el tercer cuarto y nunca regresó, luego de disparar 3 de 14 desde el campo y 1 de 7 desde el rango de 3 puntos. La última vez que disparó tan mal desde la cancha fue el 10 de febrero de 2020 contra los Lakers, hace casi un año y medio y los 10 puntos que anotó representaron su segundo total más bajo en 86 juegos esta de temporada.
“Hay noches como esta, pero la parte más importante, para mí, es ganar el juego y no lo hicimos. Estoy más frustrado por eso, pero tenemos unos días libres aquí y vamos a volver bien”, dijo Booker.
La derrota del tercer juego no fue solo culpa suya, ni siquiera cerca; la acumulación de las faltas de Ayton fue otro gran problema, pero lo más grave de todo fue cómo, por segundo juego consecutivo, Gianis Atentokuompo, el dos veces MVP en el otro extremo no pudo ser detenido para convertirse en apenas el cuarto jugador en la historia de las Finales de la NBA en tener múltiples juegos de 40 puntos y 10 rebotes en la misma serie de títulos; los otros son Shaquille O’Neal, LeBron James y Elgin Baylor, y de ellos, solo O’Neal y Antetokounmpo lo han hecho en partidos consecutivos.
Auque no culpó directamente al arbitraje, Monty Williams, también hizo referencia a la disparidad de faltas y tiros libres que también se acumularon a favor de Milwake: “Tuvimos en total como equipo 16 tiros libres, mientras que una sola persona (Giannis) tuvo 17”.
La nota del juego
La inconformidad en el arbitraje no es algo nuevo, también los Bucks señalaron algo similar en el juego 1; la gran diferencia es que en esta ocasión estuvo reglamentando el partido Scott Foster, a quien el capitan de Phoenix, Chis Paul ya ha señalado de marcarle en contra ya en 12 partidos de playoffs.
Aunque Monty Williams reconoció que el partido 3 fue para el olvido y que servirá para reconocer debilidades y enmendar errores, lo cierto es que la nota inolvidable fue la tremenda clavada de Cameron Johnson posterizando a P.J. Tucker.
Así como la naciente estrella se elevó para la espectacular jugada, se espera que al igual que el ave fénix los Suns resurjan de las cenizas del juego 3 y puedan finiquitar la serie que aun lideraban 2-1 al cierre de la edición, mientras se esperaba el resultado del juego 4 en Milwakee.
Fuera cual fuere el resultado, el equipo de Phoenix regresa a su casa para jugar antes su público el sábado e incluso probablemente coronarse como el nuevo campeón de la NBA.