Durante más de un año, los funcionarios de salud pública han dicho repetidamente que las máscaras salvan vidas y han advertido que nos mantengamos distanciados de nuestros vecinos.
Ahora nos dicen que si nos vacunamos, ya no necesitamos usar máscaras o distanciarnos físicamente en la mayoría de los casos, incluso en interiores, pero para muchas personas esto parece difícil de conciliar con tantos meses de tapar bocas y tomar distancia.
Es importante enfatizar que el dramático freno al uso de máscaras y el distanciamiento físico recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) pero se aplica solo a las personas que están completamente vacunadas.
Pero incluso si estás vacunado, nada en las nuevas pautas requiere que cambies tu comportamiento si esto te hace sentir incómodo.
José Mayorga, director ejecutivo de los Centros de Salud de la Familia de UCI Health, ha perdido a cinco familiares a causa de la Covid-19, en Estados Unidos y en México, y sabe por experiencia personal lo difícil que puede ser apresurarse por volver a la llamada normalidad.
“Muchas personas no se han visto afectadas directamente por el COVID-19, pero para nosotros es natural sentir preocupación o miedo¿Puedo quitarme la máscara?’ ¿Pero es realmente seguro?”, dice.
Aun así, está cada vez más claro que vacunarse reduce drásticamente el riesgo de infección y de infectar a otros.
Y a medida que más personas obtienen protección, el virus que causa el COVID encuentra menos cuerpos susceptibles, lo que reduce aun más la transmisión y las infecciones.
Si estás en un lugar interior con otras personas que sabes que se han vacunado, puedes prescindir de los cubrebocas, pero si estás en un lugar en donde no sabes, como por ejemplo un supermercado, usa una máscara, aunque tu riesgo personal sea bajo.
“Olvídate del beneficio médico, si estás usando una máscara, las personas que no están vacunadas no necesitan sentirse incómodas a tu alrededor. Entonces, es una cuestión de cortesía”, dice Bradley Pollock, decano asociado de Ciencias de la Salud Pública de la Escuela de Medicina de UC-Davis.
Y muchas personas, niños, adultos mayores y personas con ciertas afecciones médicas, no están vacunadas por causas de las que no son responsables.
La mayoría de los niños de entre 12 y 16 años aún no se han vacunado y los menores de 12 años todavía no pueden. Probablemente tendrán que usar máscaras en la escuela este otoño.
Y aunque los niños no han sido afectados por la pandemia con tanta fuerza como los adultos, miles de niños han sido hospitalizados a causa del coronavirus.
Mayorga, quien está completamente vacunado y tiene niños pequeños, dice que usa máscara “para protegerlos y modelar su buen comportamiento”.
Ayuda a combatir la pandemia
Quizás el mayor impacto que puedas tener es persuadir a tus amigos y seres queridos de que se vacunen, y luego instarlos a que, a su vez, persuadan a otros.
Si creen que las vacunas estuvieron disponibles demasiado rápido para ser seguras, diles que la investigación relacionada con la vacuna contra los coronavirus se ha llevado a cabo durante más de una década.
Señala que ya se han administrado cientos de millones de dosis de vacunas contra el Covid-19 y que los efectos secundarios graves son raros y los funcionarios los están monitoreando cuidadosamente.
Y tranquilízalos diciéndoles que la historia de las vacunas sugiere que es muy poco probable que ocurran efectos secundarios graves e imprevistos dentro de los próximos dos o tres años.
“Si tu mejor amigo te dice que hizo esto, eso es muy influyente, más que un comentarista de TV”, finaliza Pollock.