Los fuertes vientos y lluvias dejaron un gran desastre en el área de Phoenix el martes, entre ellos más de 25 mil familias sin electricidad, autos varados en inundaciones, e incluso casas que fueron afectadas por relámpagos.
Después de que la tormenta monzónica azotara el valle el lunes por la noche, cientos de árboles cayeron, arrastrando consigo cables, postes y transformadores y las calles se inundaron cuando algunas áreas absorbieron más de una pulgada de lluvia.
Más de eso podría estar en camino. Las advertencias de inundaciones repentinas se emitieron el martes para gran parte del oeste del Valle (Avondale, Buckeye, Glendale, Goodyear, Peoria y Avondale), la última de las cuales terminaría a las 11:30 a.m.
El Servicio Meteorológico Nacional dijo que había un 60% de probabilidad de tormentas eléctricas durante la noche y un 40% el miércoles y reportó ráfagas de viento de 73 mph en San Tan Valley y 69 mph en el aeropuerto Sky Harbor. Algunas áreas podrían ver dos pulgadas de lluvia mientras que otras una pulgada.
El Servicio Público de Arizona tuvo casi 16,000 cortes mientras que Salt River Project tuvo alrededor de 10,000, en un momento.
Los totales de lluvia de un día en Usery Mountain Park en Mesa fueron de más de una pulgada y Chandler Heights registró 1,14 pulgadas. Al otro lado del Valle, Goodyear obtuvo 0.94 pulgadas y un indicador en las avenidas Grand y Peoria mostró 0.87 pulgadas.
“Estamos viendo probablemente una tarde tranquila y luego la posibilidad de tormentas eléctricas adicionales probablemente durante las horas de la noche”, dijo el meteorólogo de la oficina meteorológica de Phoenix Paul Iniquez.
Greenway Road en Phoenix se cerró en ambas direcciones en la Interestatal 17 debido a las inundaciones y otras calles fueron cerradas mientras las cuadrillas se ocupaban de las líneas eléctricas caídas y los árboles caídos.
“Este fue el peor viento que he visto en mi vida y he estado aquí 35 años”, dijo a KTAR News Mike Evans, que vive cerca de 44th Street e Indian School Road en Phoenix.
Evans escuchó un fuerte crujido el lunes por la noche. El viento había arrancado de raíz su pino de 60 pies.
“El pino cayó en los cables … y los cables y dos postes se cayeron”, dijo.
Los cables dañados chispearon en la palmera del jardín, pensó que el fuego sería el próximo y despertó a su esposa para sacarla de la casa. Luego cayó la lluvia.
