En los festejos decembrinos y casi a un año de que la vacuna contra el COVID-19 empezara a administrarse, hay más casos y más muertes relacionadas provocadas por la pandemia, principalmente de aquellos que se han resistido a inmunizarse.
Y es que en una economía completamente abierta y donde ya muy pocas personas siguen las reglas sanitarias, ignorando el problema de salud, la pandemia muestra éste diciembre número similares a los del año pasado, cuando todavía no había vacuna disponible.
Los hospitales de Arizona han vuelto al borde del abismo y la situación podría empeorar, según el director ejecutivo de la Asociación de Salud Pública de Arizona. “Creo que enero de 2022 será el peor de toda la pandemia”, pronosticó Will Humble.
El ex director de Salud del Estado dijo que la nueva variante omicron del coronavirus es tan contagiosa que espera un aumento significativo en las infecciones después de las fiestas y eso podría crear una crisis de salud generalizada en todo Arizona.
“Lo comparo con esas películas de ‘brotes’ que ves, en las que todos caminan con felicidad ignorante durante un período de tiempo, antes de que realmente llegue. Creo que ahí es donde estamos ahora”, dijo Humble.
Lo peor del caso es que ante la saturación de los hospitales con casos de COVID-19, otros pacientes son relegados del servicio y sus vidas se ponen en peligro.
“Ya sea un accidente, una lesión, un derrame cerebral, un ataque cardíaco, una cirugía de vesícula biliar o un cáncer de próstata, todas estas cosas serán mucho más difíciles de conseguir en enero”, continuó.
Los expertos en salud pública advierten que la actual ola de COVID, pese a tener vacuna en mano, afecta a los pacientes que necesitan otros tipos de atención hospitalaria.
Un estudio publicado la semana pasada mostró que Arizona tuvo la tasa más alta de “exceso de muertes” este año, muy por encima de lo que podría esperarse en un año normal.
Al cierre de la edición, más del 95 por ciento de las camas en las unidades de cuidados intensivos de en el estado estaban ocupadas, el nivel más alto en 10 meses, según el Departamento de Servicios de Salud de Arizona (ADHS, por sus siglas en inglés) y se prevé que a mediados del 2022 no habrá suficientes espacios para atender pacientes.
Banner Health, la red de hospitales más grande del estado, dijo que el 90 por ciento de los pacientes de COVID en sus UCI no estaban vacunados y advirtió que podría tener que comenzar a reducir la atención a mediados de enero.
Mientras tanto, diversas organizaciones y liderazgos comunitarios siguen trabajando para acercar la vacuna en los vecindarios, como es el caso de Earl y Mary Rose Willcox, que en el Parque Grant, del centro de Phoenix, cada martes tienen jornadas de vacunación y pruebas gratuitas.
“Familias completas han venido a realizarse la prueba de COVID-19, tras los festejos navideños, pero vacunarse es la mejor opción para mantenernos seguros”, aseguró Willcox.
Como dirigente de la junta de Valleywise Health, Willcox señaló que en cuestión de días, de 12 hospitalizados por COVID-19, se aumentó a 52 y se esperan más.
“Debemos entender que es mejor estar protegidos contra el COVID-19 y todas sus variantes, que mantenernos expuestos, cada día recibimos noticias de personas que han sido víctimas de la enfermedad, aun y cuando pensábamos que para estas fechas y con vacuna en mano, ya estaríamos saliendo de la pandemia”, finalizó Willcox.
Al cierre de la edición, Arizona reportaba 1.36 millones de infecciones y 24,144 fallecimientos de COVID-19; mientras 4.14 millones de personas se han vacunado y el porcentaje avanzó lentamente 56.9, aun lejos de los números necesarios para la inmunidad de rebaño.