Es casi el primer aniversario de la toma de protesta de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos, pero el berrinche sigue aun después de dos revisiones independientes a los resultados y además una “frauditoría” trumpista, que lejos de comprobar el fraude, sólo tuvo la intención de acrecentar dudas a medida que se acerca el proceso del 2022.
Como parte de la creciente campaña política que esgrime “la defensa de la democracia”, Kari Lake, que busca ser gobernadora; Mark Finchem, aspirante a Secretario de Estado y Jim Lamon, que busca la nominación republicana al Senado, encabezaron una protesta frente a la oficina del fiscal general de Arizona, exigiéndole que “haga su trabajo y presente arrestos de los responsables del fraude electoral, que para eso se le paga”.
Los candidatos con un patriotismo acomodaticio, apuntalan sus carreras en las teorías de conspiración y el escándalo.
Lamon es contendiente directo de Mark Brnovich, el actual Fiscal que, de hecho lidera la carrera republicana para disputar el asiento que perteneció al legendario John McCain y ahora del demócrata Mark Kelly.
Gritando a Brnovich que “haga su maldito trabajo”, la protesta demuestra que todas las primarias republicanas siguen centradas en una elección que se decidió hace más de un año, que fue avalada y ratificada por todas las entidades legales y cuyas denuncias fueron desechadas por los tribunales.
Los ataques evidencian la fractura republicana mediante una combativa campaña con anuncios de televisión que golpean a Brnovich, una gran cantidad de insultos y una competencia brutal sobre quién puede ganarse el apoyo y el dinero del ex presidente Trump y sus fanáticos.
Se ahonda el divisionismo entre los republicanos conservadores y los trumpistas que considera un “traidor” a cualquier persona que no comulgue con las teorías de conspiración y su fanatismo por el ex presidente.
Mark Brnovich se ganó el repudio de Donald Trump al ser el primer republicano de alto rango en Arizona en reconocer en televisión nacional que no había ninguna evidencia de irregularidades en el proceso electoral y junto con el gobernador Doug Ducey y la secretaria de estado Katie Hobbs, certificó los resultados de Arizona que le dieron el triunfo a Joe Biden por poco más de 10 mil votos.
Pero Brnovich aun cuando lidera la carrera para la nominación republicana, busca la bendición del expresidente y el apoyo de sus fanáticos, por lo que prometió una investigación luego que le fueron entregados los hallazgos de supuestas irregularidades tras la “frauditoría”.
“Tomaré todas las acciones necesarias que estén respaldadas por la evidencia y donde tenga autoridad legal. Los arizonenses merecen que sus votos sean contados y protegidos con precisión”, dijo en su momento el Procurador General de Arizona Mark Brnovich.
Kari Lake, candidata a gobernadora y quien ya recibió la aprobación trumpiana, por abrazar las teorías de conspiración, recriminó la falta de resultados de la investigación y exigió a Brnovich realizar arrestos, afirmando que le fue entregada “evidencia suficiente del fraude electoral” y recalcó que de ser ella gobernadora, no dudaría en “descertificar la elección en Arizona”.