Se ha demostrado que el fluoruro mineral, en la dosis adecuada, reduce el riesgo de deterioro dental. Basándose en estudios que demostraron esto en niños que bebían agua que contenía fluoruro de forma natural, algunas ciudades de EE. UU. empezaron a añadir fluoruro al agua del grifo a partir de 1945.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y múltiples grupos de expertos respaldan la fluoración del agua como una forma segura de reducir las caries dentales, incluida la American Dental Association (ADA, por sus siglas en inglés), la American Academy of Family Physicians (AAFP, por sus siglas en inglés) y la American Academy of Pediatrics (AAP, por sus siglas en inglés).

Sin embargo, una publicación del 4 de febrero del candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr. en X, antes conocido como Twitter, hizo una afirmación general sobre los efectos del fluoruro en el sistema nervioso. “Como presidente, voy a ordenar a los CDC que tomen todas las medidas necesarias para eliminar el fluoruro neurotóxico del agua potable estadounidense”, decía la publicación.

Kennedy, que tiene un historial de abogar contra la fluoración del agua, acompañó su afirmación sobre la neurotoxicidad del fluoruro con un enlace a un artículo de Law360 sobre el testimonio en un juicio que está teniendo lugar en un tribunal federal de distrito con sede en San Francisco. El caso fue presentado contra la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) por organizaciones sin fines de lucro y otros demandantes y alega que la fluoración supone “un riesgo irrazonable de daño para la salud” según una versión de la Ley de Control de Sustancias Tóxicas modificada en 2016. Los demandantes piden a la EPA que desautorice la adición de fluoruro al agua potable.

Otras publicaciones populares en las redes sociales también han mencionado el juicio y afirman que “múltiples estudios confirman que el fluoruro es una neurotoxina que viola la Ley de Control de Sustancias Tóxicas y reduce el coeficiente intelectual de los niños”.

Pero los datos sobre la fluoración del agua y la neurotoxicidad son menos claros de como los hacen parecer las publicaciones de Kennedy y otros en las redes sociales.

Algunos estudios (muchos de ellos realizados en zonas del mundo con niveles naturalmente altos de fluoruro en sus suministros de agua, muy por encima del nivel óptimo recomendado) sugieren una posible relación entre los mayores niveles de exposición al fluoruro durante el embarazo o la primera infancia y la reducción del coeficiente intelectual en los niños. Pero muchos expertos científicos han dicho que las pruebas de esta asociación son débiles.

La EPA ha argumentado que no existen pruebas sólidas o consistentes de que la fluoración a los niveles recomendados reduzca el coeficiente intelectual, en consonancia con la opinión generalizada de los CDC y varios grupos de expertos de que la fluoración del agua es segura.

Regulación estadounidense del fluoruro en el agua

A nivel federal en EE. UU., el Servicio de Salud Pública recomendó por primera vez la fluoración del agua del grifo en 1962. Sin embargo, la decisión sobre si añadir fluoruro al agua del grifo depende de los estados y municipios. A partir de 2020, alrededor del 63% de los habitantes de EE. UU. recibieron agua fluorada.

Se sabe que la exposición al fluoruro en la primera infancia causa fluorosis dental, una afección que suele caracterizarse por una ligera decoloración de los dientes. La AAP dice que es seguro mezclar la fórmula para bebés con agua del grifo fluorada, aunque el consumo de fluoruro no es necesario para los bebés menores de 6 meses y conlleva un pequeño riesgo de fluorosis dental.

Según los CDC, los expertos han concluido que no existe ninguna relación entre la fluoración recomendada del agua y otros efectos negativos para la salud.

Basándose en pruebas de problemas óseos cuando las personas están expuestas a niveles bastante altos de fluoruro a lo largo del tiempo, la Agencia de Protección Ambiental ha establecido un límite máximo de 4 mg por litro de fluoruro en el agua del grifo de los sistemas públicos de suministro de agua. Sin embargo, la agencia recomienda que los niveles de fluoruro en el agua del grifo se mantengan por debajo de 2 mg por litro para proteger de la fluorosis dental. El nivel de fluoruro recomendado por el Servicio de Salud Pública para mejorar la salud dental está por debajo de estos límites: 0,7 mg por litro.

Además del agua fluorada, otras fuentes de fluoruro también incluyen, por ejemplo, el té negro o ingerir pasta de dientes. Por lo general, solo está presente en cantidades muy pequeñas en los alimentos, aunque en otros países se utiliza sal o leche fluoradas en lugar de agua fluorada.

El borrador de un informe no pretendió evaluar la seguridad de la fluoración del agua

En una publicación del 6 de febrero en X, Kennedy profundizó en sus afirmaciones sobre la fluoración, haciendo referencia al borrador de un informe del Programa Nacional de Toxicología que ha sido un foco de atención del caso contra la EPA. Aún no se ha publicado la versión final del informe.

“El Programa Nacional de Toxicología (NTP, por sus siglas en inglés) ha declarado: ‘(…) los datos apoyan una consistente asociación inversa entre la exposición al fluoruro y el coeficiente intelectual de los niños’”, decía la publicación de Kennedy, citando una anticuada versión de un documento de metanálisis asociado al informe y omitiendo parte del contexto. Un metanálisis es un tipo de estudio en el que los investigadores reúnen los datos disponibles sobre un tema y los combinan para intentar sacar una conclusión más amplia.

Pero el informe del NTP no pretendía establecer si la fluoración del agua a los niveles habituales era segura y analizaba la exposición al fluoruro procedente de cualquier fuente y a cualquier nivel. Los científicos que revisaron el borrador para el NTP expresaron su preocupación porque la frase citada por Kennedy no lo dejaba claro.

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Los informes del NTP “son utilizados por otras agencias federales como punto de partida para estudios posteriores destinados a determinar si existe riesgo para los seres humanos y a qué nivel de exposición”, nos dijo por correo electrónico un portavoz del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Medioambiental (NIEHS, por sus siglas en inglés), que alberga administrativamente al NTP. El informe sobre el fluoruro “no es una evaluación de riesgos y, por lo tanto, no determina la seguridad del fluoruro”.

Kennedy también afirmó en su publicación que el informe de la NTP se había “ocultado al público”. El portavoz del NIEHS nos dijo que el informe aún está en revisión y que el director del NTP retrasó su publicación para que un grupo de trabajo revisara los numerosos comentarios y críticas al documento.

Múltiples grupos de expertos, tanto de dentro como de fuera del gobierno, revisaron varios borradores del informe y manifestaron su preocupación por la falta de fundamento de sus conclusiones. Un área recurrente de inquietud era si los autores del informe del NTP habían dejado suficientemente claro que sus conclusiones generales sobre los efectos del fluoruro en el coeficiente intelectual podrían no aplicarse a los niveles más bajos de fluoruro que se encuentran en el agua potable correctamente fluorada.

“Los autores señalan su inclusión de estudios con bajos niveles de fluoruro, pero no proporcionan ninguna interpretación de las pruebas en estos niveles”, escribió el grupo de trabajo reunido para revisar las críticas al informe. “Más bien, los autores proporcionan una única declaración en el Resumen que engloba todos los estudios: ‘Los datos apoyan una asociación inversa consistente entre la exposición al fluoruro y el coeficiente intelectual de los niños’. Esto puede exagerar las pruebas aportadas por los estudios con baja exposición”.

Las pruebas sobre la fluoración del agua y el coeficiente intelectual son limitadas

David Savitz, epidemiólogo de la Universidad Brown que estudia los efectos de la exposición ambiental en la salud reproductiva, dirigió un grupo de expertos que revisó dos primeras versiones del informe del NTP. Este grupo fue convocado por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina, que proporcionan asesoramiento independiente sobre temas científicos para ayudar al gobierno a establecer políticas públicas.

Savitz declaró en el juicio como testigo de la EPA, centrándose en cuatro estudios de cohortes de larga data que analizan la exposición prenatal y en los primeros años de vida al fluoruro a través de diversas fuentes, incluida el agua fluorada, pero también la sal fluorada. Estos estudios evaluaron la exposición al fluoruro a los niveles más relevantes para el debate sobre la fluoración del agua. Todos ellos proporcionaron mediciones de fluoruro en la orina de mujeres embarazadas y evaluaron a sus hijos mediante pruebas cognitivas.

“No hay en este momento una indicación consistente de que haya una asociación presente, y mucho menos una asociación causal”, dijo Savitz durante el testimonio del 7 de febrero, hablando del coeficiente intelectual y la exposición al fluoruro en el “rango de interés”.

Los estudios OCC e INMA realizados respectivamente en Dinamarca y España, no hallaron ninguna relación entre el aumento de los niveles de fluoruro en la orina y la reducción de las puntuaciones en las pruebas cognitivas. Un estudio realizado en mujeres en México, denominado ELEMENT, encontró una asociación entre el aumento de los niveles de fluoruro en la orina durante el embarazo y la reducción de las puntuaciones en las pruebas cognitivas de los niños.

El estudio MIREC sobre mujeres en Canadá,“en mi opinión es mixto”, dijo Savitz. “En los resultados agregados, que creo que es por donde hay que empezar, el estudio es muy limitado a la hora de indicar un posible efecto adverso”. Pero sí mostró “notables diferencias entre sexos”, dijo. El estudio afirmaba que el aumento de fluoruro en la orina de las mujeres embarazadas estaba asociado a una reducción de las puntuaciones del coeficiente intelectual en los niños.

Otros investigadores han criticado algunos de los métodos y conclusiones del estudio MIREC, escribiendo, por ejemplo, que no estaba claro si los investigadores planificaron su evaluación por sexos antes de iniciar el estudio. Realizar análisis de subgrupos no planificados puede dar lugar a resultados falsos positivos, escribieron los investigadores.

Los autores de otros metanálisis publicados recientemente también han hablado de la escasez de pruebas sobre la neurotoxicidad del fluoruro, sobre todo para las personas que beben agua con los 0,7 mg de fluoruro por litro recomendados.

Un metanálisis de 2021 publicado en Scientific Reports halló que la exposición a altos niveles de fluoruro estaba asociada a un menor coeficiente intelectual, pero no encontró relación entre la exposición a bajos niveles de fluoruro y los problemas neurológicos. Los investigadores definieron la exposición alta al fluoruro como superior a 2 mg por litro y la exposición baja como entre 0,5 y 1 mg por litro. Los investigadores concluyeron finalmente que la calidad de las pruebas era baja en general y no les permitía “afirmar que el fluoruro esté asociado a daños neurológicos”, incluso a dosis relativamente altas.

Otro metanálisis publicado en 2023 en Environmental Research, sí concluyó que los estudios indicaban que la exposición al fluoruro estaba asociada a un menor coeficiente intelectual en los niños, potencialmente a partir de 1 mg por litro o menos. Pero los investigadores también observaron problemas con la calidad de los estudios realizados, descubriendo que los que mostraban un mayor impacto negativo del fluoruro presentaban un alto riesgo de sesgo. El sesgo se produce cuando hay algún error sistemático que hace que los resultados de un estudio sean incorrectos, por ejemplo, factores de confusión que hacen que una relación parezca real cuando no lo es. El único estudio con bajo riesgo de sesgo no encontró un efecto negativo del fluoruro sobre el coeficiente intelectual. 

Por último, un estudio publicado en la revista Public Health en 2023, que solo evaluó estudios en los que las personas estaban expuestas a niveles de fluoruro de 1,5 mg por litro e inferiores, no identificó una relación entre los niveles de fluoruro y el coeficiente intelectual en varios análisis. “Estos metanálisis muestran que la exposición al fluoruro relacionada con la fluoración del agua de la comunidad no está asociada con puntuaciones más bajas de coeficiente intelectual en los niños”, concluyeron los investigadores.

Lo que está en juego si se acaba la fluoración

En el caso contra la EPA, a los abogados no se les permite discutir los beneficios de la fluoración del agua. Pero en medio de los llamamientos a detener la fluoración, los expertos nos dijeron que se justifica tener un debate sobre las posibles repercusiones.

Lindsay McLaren, profesora de ciencias de la salud comunitaria en la Universidad de Calgary, analizó lo que ocurrió después de que la ciudad de Calgary (Canadá) dejara de fluorar el agua en 2011. También ha revisado otras investigaciones sobre las repercusiones del cese de la fluoración. (Calgary reanudará la fluoración del agua a finales de este año).

“Al menos en los entornos que se han estudiado, si se interrumpe la fluoración del agua comunitaria, la salud bucodental de los niños se deteriora”, afirma McLaren. Esto afecta a los niños que no tienen un buen acceso a la atención dental.

“Las caries no son un problema inocuo”, afirma McLaren. “Causan dolor, pueden infectarse, pueden hacer que duela comer, los niños pueden tener problemas de concentración en la escuela”. Añadió que, en casos extremos, las caries pueden llevar a los niños pequeños a necesitar cirugía bajo anestesia general, lo que conlleva riesgos conocidos.

“La razón por la que ponemos fluoruro en el agua es porque tiene un impacto positivo demostrable en la salud dental”, nos dijo el Dr. Steven Novella, neurólogo de la Facultad de Medicina de Yale. Además de reducir las caries y mejorar la salud dental en general, “también tiene efectos derivados, porque una mala salud dental puede causar problemas generales de salud, cardiopatías, etc.”, dijo. Novella lleva muchos años escribiendo sobre las afirmaciones antifluoruro en su blog y en el sitio web Science-Based Medicine, que él mismo fundó.

Novella dijo que, aunque los datos indican una posible neurotoxicidad del fluoruro en dosis elevadas, la fluoración en los niveles recomendados “no ha demostrado ser un riesgo real en el mundo real”.

“Hay que demostrar que causa un riesgo inaceptable y mayor al beneficio que causa la dosis a la que la gente está realmente expuesta”, dijo, que no es lo que muestran los datos.

Traducido por Claudia Cohen.

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