Un video reciente que promociona al candidato presidencial independiente Robert F. Kennedy Jr. promete “comenzar con algunos hechos irrefutables”. El video, de más de 30 minutos de duración y narrado por el actor Woody Harrelson, parte con datos biográficos veraces del candidato, pero luego se desvía para promover varias afirmaciones desacreditadas o sin fundamento sobre las vacunas.
El video, que está disponible solo en inglés y se titula “Who is Bobby Kennedy?” (“¿Quién es Bobby Kennedy?”), fue financiado por el súper PAC pro-Kennedy, American Values 2024. Las publicaciones en X del video, donde Kennedy lo promociona como “El video de Bobby Kennedy que Meta no quiere que veas”, han sido vistas más de 100 millones de veces. Elon Musk, propietario de X, compartió el tuit de Kennedy.
Meta, propietaria de plataformas de redes sociales tales como Instagram y Facebook, dijo que un enlace al video fue “bloqueado por error” temporalmente tras ser etiquetado incorrectamente como spam. Tanto el súper PAC que está detrás del video como Kennedy demandaron a Meta, alegando interferencia electoral.
Kennedy cuenta con un historial de difusión de información falsa o engañosa sobre las vacunas, el autismo y el COVID-19, entre otros temas. A continuación, analizamos algunas de las afirmaciones realizadas en el video que abordamos previamente el año pasado en una serie de tres partes sobre Kennedy.
Afirmaciones desmentidas sobre las vacunas y el mercurio
Según el video, un momento crucial en la carrera de Kennedy fue cuando conoció a padres que creían que el mercurio en las vacunas había hecho daño a sus hijos. En el video no se dice explícitamente cómo creían los padres que las vacunas habían perjudicado a sus hijos, pero Kennedy ha dicho que madres de niños autistas ya le habían planteado lo mismo anteriormente. Numerosas pruebas indican que no hay relación entre el timerosal, un conservante que contiene mercurio, y el autismo u otras enfermedades.
Sin embargo, un progenitor entregó a Kennedy estudios científicos que le convencieron, según sus palabras, de que “tenía que dejarlo todo y hacer algo al respecto”. Esto llevó a Kennedy a publicar un artículo en 2005 en Salon y Rolling Stone, que promovía la idea sin fundamento de que el timerosal había causado un aumento del autismo y otros trastornos. Salon acabó revocando el artículo.
El video de Kennedy no menciona que investigaciones exhaustivas no han logrado demostrar ninguna relación entre el timerosal de las vacunas infantiles y trastornos del neurodesarrollo. De hecho, la tasa de autismo siguió aumentando después de que se eliminara el timerosal de las vacunas infantiles en 2001, lo que indica que no explicaba el aumento de diagnósticos de esta afección. Es probable que este aumento se debiera en gran parte a la mayor concienciación sobre el autismo, a los cambios en la forma de definirlo y a la creciente disponibilidad de servicios para los niños que son diagnosticados.
Para más información, lea “En qué se equivoca RFK Jr. sobre el autismo”.
Datos omitidos sobre las pruebas de seguridad de las vacunas y la responsabilidad de los fabricantes
Más adelante en el video, Kennedy dice: “Gracias a la presión de millones de personas, han eliminado el mercurio de la mayoría de las vacunas, pero las empresas farmacéuticas siguen siendo inmunes a demandas y litigios, y las vacunas no están sujetas a las mismas rigurosas pruebas de seguridad que otros medicamentos, y eso no está bien”.
La declaración de Kennedy sobre la responsabilidad de los fabricantes de vacunas requiere de contexto y su afirmación sobre las pruebas de la seguridad de las vacunas es engañosa.
Como hemos escrito anteriormente, la Ley Nacional de Lesiones por Vacunas Infantiles de 1986 impide, en muchos casos, que las personas presenten demandas a los fabricantes de vacunas por supuestos daños causados por estas. En su lugar, la gente debe buscar la ayuda de un programa gubernamental.
Si un reclamo de indemnización es rechazado o la respuesta se demora demasiado, las personas pueden presentar una demanda y los fabricantes de vacunas pueden ser considerados responsables en determinadas situaciones, como cuando la negligencia, el fraude o los defectos de fabricación de las vacunas provocan lesiones. El propio Kennedy ha estado envuelto en una demanda contra Merck en nombre de clientes supuestamente perjudicados por la vacuna del virus del papiloma humano Gardasil.
La ley se aprobó porque las demandas contra los fabricantes de vacunas, incluso aquellas que resultaron ser injustificadas, estaban reduciendo la motivación de las empresas por fabricar vacunas. La ley también dio lugar a la creación del Sistema de Notificación de Reacciones Adversas a las Vacunas (VAERS, por sus siglas en inglés), un sistema nacional de vigilancia utilizado por la Administración de Alimentos y Medicamentos y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para identificar posibles problemas de seguridad en las vacunas. El VAERS acepta informes no verificados de cualquier problema de salud que se produzca tras la vacunación.
VAERS es solo una parte de un sistema más amplio que promueve la seguridad de las vacunas en EE. UU. Las vacunas son sometidas a pruebas para comprobar su seguridad y eficacia antes de entrar en el mercado. A medida que se extienden a la población en general se someten a un control de seguridad a través de sistemas como el VAERS y el Vaccine Safety Datalink, que utiliza datos de organizaciones de salud de todo el país para monitorizar las posibles conexiones entre eventos de salud y la vacunación.
No está claro a qué se refiere exactamente Kennedy cuando dice que “las vacunas no se someten a las mismas rigurosas pruebas de seguridad que otros medicamentos”. Contactamos a la campaña de Kennedy para obtener más información, pero no hemos recibido respuesta.
Anteriormente, Kennedy ha afirmado falsamente que para los medicamentos se exigen ensayos controlados con placebo, pero no para vacunas. Como hemos dicho, normalmente las vacunas se prueban con ensayos controlados, pero no es factible que todas las vacunas se prueben en ensayos controlados con placebo. Por ejemplo, si ya existe una vacuna eficaz contra una enfermedad y los investigadores están probando una nueva versión, no sería ético asignar aleatoriamente a algunas personas a recibir un placebo en lugar de una vacuna ya disponible. Por razones similares, no todos los fármacos se prueban en ensayos controlados mediante placebo.
Para más información, lea “Verificando a Robert F. Kennedy Jr.”.
Revisión de su narrativa sobre el COVID-19
Uno de los temas del video es la idea de que Kennedy ha sido injustamente criticado y atacado porque hace responsables a las compañías. El video desarrolla ese argumento para insinuar sin pruebas que los intentos de hacer a Kennedy responsable de sus declaraciones sobre el COVID-19 estaban de hecho motivados por las empresas farmacéuticas.
“Temía que una vacuna contra el COVID apresurada no fuera tan segura ni tan eficaz como nos habían prometido”, afirma Kennedy. “Y también creía que los confinamientos iban a hacer más mal que bien, especialmente a los negocios pequeños y a los niños. Cuando expuse esos argumentos públicamente me silenciaron”.
Este es un recuento muy resumido de las declaraciones de Kennedy sobre el COVID-19. Entre muchas otras afirmaciones infundadas, Kennedy ha dicho que la vacuna contra el COVID-19 fue la “vacuna más mortífera jamás producida”, y que “existe una discusión” sobre si el COVID-19 está diseñado para grupos étnicos específicos. Ha promovido tratamientos contra el COVID-19 que no han sido probados y ha inflado los costes de las restricciones del COVID-19, al tiempo que ha ignorado sus beneficios.
Luego el narrador, Harrelson, construye una conspiración: “Así que las corporaciones poderosas y sus socios en los medios de comunicación tienen un manual de tácticas que utilizan contra ti cuando los atacas demasiado y en áreas en las que puedes costarles mucho dinero. Ejecutaron todas las páginas del manual contra Bobby cuando decidió cuestionar la absoluta pureza moral de los dioses del Big Pharma, o las grandes compañías farmacéuticas”. Mientras habla, el video muestra logotipos de una colección de empresas farmacéuticas, con el de Pfizer en el centro.
A lo largo de los años, varios medios de comunicación han publicado artículos que señalan las afirmaciones engañosas y falsas de Kennedy. El video destaca visualmente algunos de estos artículos, incluido el nuestro, como parte de un “manual de tácticas” en el que “te atacan ampliamente y cuestionan tus datos”.
Para que quede claro, las vacunas contra el COVID-19 se distribuyeron rápidamente, en medio de una pandemia mortal, porque los expertos consideraron que los beneficios superaban a los riesgos. Desde entonces, numerosas investigaciones han confirmado que las vacunas protegen contra enfermedades graves y que los efectos secundarios graves son inusuales.
Para más información, lea “Los engaños de RFK Jr. sobre el COVID-19”.
Traducido por Elena de la Cruz.
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