En una conferencia de prensa del 22 de septiembre que publicitó como “uno de los anuncios [médicos] más importantes (…) en la historia de nuestro país”, el presidente Donald Trump pregonó sobre una relación no comprobada entre el autismo y el uso de Tylenol, o acetaminofén, durante el embarazo.
Trump les recomendó repetidamente a las mujeres embarazadas que no tomaran Tylenol y que tendrán que “aguantárselo”, debido a la asociación entre este medicamento y el autismo. Sin embargo, no se ha demostrado que el medicamento cause autismo, y algunas investigaciones indican que no hay probabilidades de que lo cause. El dolor o la fiebre sin tratar durante el embarazo pueden ser perjudiciales tanto para la madre como para el bebé.
El Dr. Marty Makary, comisionado de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), afirmó que el decano de la facultad de salud pública de la Universidad de Harvard afirmó que “existe una relación causal” entre el Tylenol y el autismo. El decano sí lo afirmó en su testimonio escrito en una demanda en 2023, pero en una declaración emitida antes de la conferencia de prensa solo mencionó la posibilidad de una relación causal.
“No le den Tylenol al bebé después de que nazca”, aconsejó Trump. Pero las investigaciones tampoco han demostrado una relación causal con el autismo en ese caso. La Academia Estadounidense de Pediatría afirma que el acetaminofén es “seguro para los niños cuando se toma o se dosifica correctamente y bajo la supervisión de un pediatra”.
Hace meses, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., prometió una conferencia de prensa como esta para identificar las causas del autismo. En una reunión de gabinete el 26 de agosto, Kennedy afirmó que la administración “tiene anuncios, como prometió, para septiembre. Estamos encontrando intervenciones, ciertas intervenciones, ahora, que claramente, casi con certeza, causan autismo”.
Pero en la conferencia de prensa no se identificaron causas claras del autismo. Las sugerencias de la administración sobre el papel del acetaminofén, o paracetamol, van más allá de lo que la investigación ha demostrado.
La conferencia de prensa de una hora de duración también incluyó varias afirmaciones falsas y engañosas por parte de Trump y Kennedy sobre el autismo y las vacunas, que abordamos en un artículo aparte.
Tylenol durante el embarazo
Trump instó repetidamente a las mujeres embarazadas a no tomar Tylenol, el nombre comercial para el paracetamol o acetaminofén, citando una asociación entre este medicamento y el autismo. La FDA informará a los médicos que tomar Tylenol, “durante el embarazo, puede estar asociado con un riesgo muy elevado de autismo”, declaró Trump. “Por lo tanto, tomar Tylenol no es bueno. De acuerdo, lo diré: no es bueno”.
“No tomen Tylenol. No lo tomen (…) Luchen con todas sus fuerzas para no tomarlo”, dijo más tarde en la conferencia de prensa, durante la cual instó a las mujeres a “aguantárselo” y repitió la frase “no tomen Tylenol” una docena de veces.
Pero el acetaminofén durante el embarazo está lejos de haberse establecido como una causa del autismo, como hemos escrito anteriormente, y hay evidencia que indica que probablemente no lo cause. Es más, son pocos los tratamientos disponibles para las personas embarazadas que experimentan dolor o fiebre, y no tratar estos problemas puede conllevar riesgos, según organizaciones de expertos.
“En lo que respecta a la evidencia, no hay una asociación causal entre el uso de acetaminofén durante el embarazo y el riesgo de trastornos del desarrollo neurológico, incluido el autismo”, nos dijo Brian Lee, profesor de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Dornsife de la Universidad de Drexel, en una entrevista para una historia anterior.
En la investigación observacional, puede ser difícil determinar si un factor asociado a otro causa realmente ese resultado. Se sabe que las personas con mayor riesgo genético de padecer trastornos del neurodesarrollo, como el autismo, también toman más acetaminofén durante el embarazo, afirmó Lee. Por lo tanto, en este caso, la genética podría explicar tanto por qué alguien podría consumir más acetaminofén como por qué esa persona podría tener una mayor probabilidad de tener un hijo con autismo.
La preocupación por el acetaminofén durante el embarazo no es nueva, y ni Trump ni otros presentaron nuevas investigaciones sobre el tema en la conferencia de prensa. Varios estudios han demostrado una asociación entre el uso de acetaminofén y trastornos del desarrollo neurológico, como el autismo y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH o ADHD, por sus siglas en inglés). Sin embargo, estudios recientes, incluido uno extenso de Lee y sus colegas, han descubierto que estas asociaciones desaparecen al comparar a hermanos. Esto sugiere que el acetaminofén no causa autismo ni el TDAH.
“El anuncio de hoy del HHS no está respaldado por todo el conjunto de evidencia científica y simplifica peligrosamente las numerosas y complejas causas de los problemas neurológicos en los niños”, dijo el Dr. Steven J. Fleischman, presidente del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos (ACOG, por sus siglas en inglés), en una declaración del 22 de septiembre.
“A pesar de las afirmaciones sobre lo contrario, una revisión exhaustiva de las investigaciones existentes que sugieren un vínculo potencial entre el uso de acetaminofén durante el embarazo y un mayor riesgo de autismo y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en los niños, no ha establecido una relación causal”, afirmó también el mismo día la Sociedad de Medicina Materno-Fetal a través de un comunicado.
En sus comentarios, Makary, comisionado de la FDA, se refirió a dos estudios de 2019 sobre el acetaminofén durante el embarazo, uno que mostró una asociación con el autismo y el TDAH, y otro que mostró una asociación con el TDAH. “Ahora tenemos datos que no podemos ignorar”, afirmó. Ninguno de los estudios, ambos observacionales, estableció que el acetaminofén causara el autismo o el TDAH.
El estudio que muestra una asociación entre el acetaminofén y el autismo y el TDAH, publicado en JAMA Psychiatry, tuvo limitaciones significativas, como informamos anteriormente. Los investigadores encontraron una asociación entre ambas afecciones y la cantidad de componentes del acetaminofén presentes en la sangre del cordón umbilical de un bebé. Como escribimos, observar el acetaminofén en la sangre del cordón umbilical solo indica un uso reciente en torno al momento del parto, a diferencia del uso durante todo el embarazo. Además, los investigadores han señalado que la muestra de niños del estudio fue inusual. Todas las muestras de sangre del cordón umbilical mostraron al menos alguna exposición al acetaminofén, y los niños presentaron una tasa muy alta de autismo y TDAH.
Makary también mencionó un estudio de revisión reciente, publicado el 14 de agosto en Environmental Health. El estudio no presentó una investigación nueva. En cambio, revisó la literatura existente sobre el acetaminofén durante el embarazo y el autismo, y encontró “evidencia consistente con una asociación entre la exposición al acetaminofén durante el embarazo y una mayor incidencia” de trastornos del neurodesarrollo. El estudio no realizó un análisis cuantitativo de los hallazgos de los estudios, sino que describió la literatura existente, con flexibilidad para que los autores interpretaran la calidad de los estudios disponibles y decidieran cuánto enfatizar cada uno. Otro estudio de revisión, publicado a finales de 2024, concluyó que es poco probable que el acetaminofén durante el embarazo confiera un mayor riesgo clínicamente importante de TDAH infantil o autismo.
Para reforzar las acciones de la administración, Makary también destacó las observaciones del Dr. Andrea Baccarelli, autor principal de la revisión publicada en agosto. “Parafraseando al decano de la Escuela de Salud Pública de Harvard, existe una relación causal entre el uso prenatal de acetaminofén y los trastornos del desarrollo neurológico del TDAH y el trastorno del espectro autista”, afirmó Makary, refiriéndose a Baccarelli.
Makary hizo algo similar más tarde esa noche en Fox News cuando sugirió que la propia revisión establecía una “relación causal”, y también dijo que esas eran las “palabras exactas del decano de la Escuela de Salud Pública de Harvard”.
La revisión calificó la relación causal como “plausible”, pero indicó que se necesitaba más investigación para determinar la causalidad. Otros autores del estudio de revisión han declarado a los medios de comunicación que este no establece que el acetaminofén cause autismo. Baccarelli también lo ha dicho.
Una declaración de Baccarelli, que una cuenta X de la Casa Blanca publicó y un portavoz de Harvard nos dijo que fue proporcionada a la Casa Blanca antes de la conferencia de prensa, solo decía que “la evidencia biológica respalda la posibilidad de una relación causal entre la exposición prenatal al acetaminofén y los trastornos del desarrollo neurológico, incluido el autismo”.
La declaración indicaba que se necesita más investigación “para confirmar la asociación y determinar la causalidad”, pero instó a la cautela en el uso de acetaminofén durante el embarazo. Y apuntaba que Baccarelli había discutido sus hallazgos con Kennedy y el Dr. Jay Bhattacharya, director de los Institutos Nacionales de Salud, en las últimas semanas.
Pero en el pasado, Baccarelli ha hecho declaraciones más definitivas sobre la causalidad. Durante su estancia en la Escuela de Salud Pública Mailman de Columbia, Baccarelli actuó como testigo experto en una demanda contra los fabricantes de acetaminofén. En los informes que presentó para el caso en 2023, Baccarelli opinó que el uso prenatal de acetaminofén “puede causar” TDAH y autismo y que “existe una relación causal”, aunque en otra ocasión solo afirmó que una relación causal era “probable”. El New York Times también informó que, en su declaración para la demanda, Baccarelli afirmó que comenzó a preocuparse por el uso de acetaminofén durante el embarazo en 2021, y que gradualmente se dio cuenta de que “era un problema grave”, “real” y “causal”.
El juez del caso consideró inadmisible la opinión pericial de Baccarelli y coincidió con los acusados en que sus opiniones son “poco fiables”, en parte porque “seleccionó y tergiversó los resultados del estudio y se negó a reconocer el papel de la genética en la etiología del” autismo o del TDAH.
Cabe destacar que el nuevo aviso de la FDA a los médicos por Makary, advirtiendo sobre el uso de acetaminofén durante el embarazo, dice específicamente que “no se ha establecido” una relación causal y señala que “existen estudios contrarios en la literatura científica”.
Fleischman, del ACOG, dijo que “ningún estudio respetable ha concluido con éxito que el uso de acetaminofeno en cualquier trimestre del embarazo cause trastornos del desarrollo neurológico en los niños”, a pesar de que el tema se ha estudiado durante más de 20 años.
“Los estudios que se señalan con frecuencia como evidencia de una relación causal, incluida la última revisión sistemática publicada en agosto, incluyen las mismas limitaciones metodológicas (por ejemplo, falta de control de factores de confusión o uso de datos autoinformados poco confiables) que prevalecen en la mayoría de los estudios sobre este tema”, dijo.
Los consejos de Trump conllevan riesgos
Seguir el consejo de Trump de “aguantárselo” conlleva riesgos para la madre y el bebé. “No hay inconvenientes (…) salvo que la madre tendrá que, como digo, aguantárselo un poco”, dijo Trump. “Hacer esto no tiene inconvenientes. No es como si pensaras: ‘Si haces esto, te vas a morir’”.
Esto es incorrecto. El acetaminofén durante el embarazo se usa para tratar afecciones que “pueden causar morbilidad seria y mortalidad tanto a la persona embarazada como al feto”, afirmó Fleischman.
“La fiebre no tratada, particularmente en el primer trimestre, aumenta el riesgo de aborto espontáneo, defectos de nacimiento y parto prematuro, y el dolor no tratado puede provocar depresión materna, ansiedad y presión arterial alta”, dijo la Sociedad de Medicina Materno-Fetal en una declaración del 5 de septiembre.
Mientras tanto, las nuevas recomendaciones del HHS sobre el acetaminofén durante el embarazo no difieren mucho de las recomendaciones existentes de organizaciones de expertos. El HHS indicó en un comunicado de prensa que los médicos deben recetar “la dosis efectiva más baja durante el menor tiempo posible cuando se requiera tratamiento”.
Las organizaciones de expertos recomiendan desde hace tiempo el uso prudente del acetaminofén. El “ACOG apoya el uso de acetaminofén durante el embarazo, siempre que se tome según sea necesario, con moderación y tras consultar con un médico”, según dice el sitio web del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos en una sección de preguntas frecuentes.
Tylenol para bebés
Trump también repitió numerosas veces que no se les dé Tylenol a los bebés, a menudo refiriéndose al Tylenol que se administra junto con las vacunas. “No le den Tylenol al bebé después de que nazca”, dijo. “Cada vez que le ponen una inyección al bebé (…) dicen: ‘Toma, tómate un vaso de Tylenol’. Llevo años oyendo eso: ‘Toma Tylenol’. No tomes Tylenol. No dejes que tu bebé tome Tylenol”.
No está claro por qué Trump desaconsejó el Tylenol para bebés, y la Casa Blanca no respondió a una pregunta sobre la evidencia que respalda esta recomendación. Sin embargo, Kennedy sugirió que “la seguridad del acetaminofén contra el riesgo de trastornos del desarrollo neurológico en niños pequeños nunca ha sido validada”.
“Los estudios no indican una relación causal entre el uso de acetaminofén y el autismo en niños o durante el embarazo, y una amplia investigación indica que no existe una única causa raíz del autismo”, afirma una página web de la Academia Estadounidense de Pediatría. La página también indica que el acetaminofén es “seguro para los niños cuando se toma o se dosifica correctamente y bajo la supervisión de un pediatra”.
El Dr. Paul A. Offit, experto en vacunas del Hospital de Niños de Filadelfia, nos dijo que “cualquier cosa que se haga después del nacimiento probablemente no va a afectar (…) la incidencia del autismo”, explicando que los factores de riesgo del autismo tienden a ser cosas que se establecen antes del nacimiento.
“No hay evidencia sólida de que administrar acetaminofén a niños (neonatales/postnatales), o la administración conjunta con vacunas, cause autismo”, nos dijo en un correo electrónico la Dra. Sura Alwan, teratóloga clínica de la Universidad de Columbia Británica y directora ejecutiva de PEAR-Net Society, una organización sin fines de lucro centrada en el desarrollo materno-fetal.
Como escribimos anteriormente, un pequeño estudio de 2008 que afirmaba una asociación entre el autismo y el uso de acetaminofeno después de la vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola tenía numerosas debilidades, entre ellas que reclutó a los padres de manera no aleatoria y les preguntó años después sobre el uso de medicamentos.
“Los estudios epidemiológicos y de seguridad de las vacunas a gran escala no han demostrado un vínculo causal entre la vacunación y el autismo; agregar acetaminofén a la teoría no cambia los hechos”, dijo Alwan.
Los expertos recomiendan moderación al administrar acetaminofén a niños. Este medicamento conlleva riesgos, como daño hepático, si se administra una dosis incorrecta. Kennedy mencionó la toxicidad hepática al recomendar precaución al usar acetaminofén en niños pequeños.
El acetaminofén tampoco siempre es necesario. Los expertos recomiendan suspender el uso de acetaminofén u otros analgésicos y antipiréticos cuando no sean necesarios, como para el dolor después de una vacunación o para la fiebre baja.
“Sí, creo que abusamos del Tylenol para tratar infecciones virales infantiles comunes”, dijo Offit.
Corrección, 24 de septiembre: Tras la publicación de este artículo en inglés, nos enteramos de comentarios anteriores del Dr. Andrea Baccarelli, decano de la facultad de salud pública de Harvard, que respaldan la declaración del comisionado de la FDA citando a Baccarelli. Además, la declaración de Baccarelli de esta semana afirmaba que había “discutido” su trabajo con funcionarios del HHS, no que se había “reunido” con ellos, como dijimos originalmente. Además, es el autor principal, no el primer autor, del estudio. Hemos actualizado el artículo en consecuencia.
Traducción de Google Translate editada por Catalina Jaramillo.
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