Luego que los gobiernos de México y Estados Unidos acordaron extender por 30 días más hasta el 21 de julio las restricciones al tránsito terrestre no esencial, los comerciantes las ciudades fronterizas expresaron su preocupación ante la práctica aniquilación de su economía.
“Las restricciones se mantendrán en los mismos términos en que se han desarrollado desde su implementación el 21 de marzo. Ambos países continuarán buscando coordinar las medidas sanitarias en la región fronteriza. Las medidas estarán vigentes hasta el 21 de julio”, se detalló en el acuerdo.
Esto un “duro golpe” a las ciudades fronterizas que luchan por recuperarse de los efectos de la pandemia de COVID-19 dijo la Cámara de Comercio en Nogales, Arizona.
“En este momento muchos negocios están haciendo lo imposible por sobrevivir y el desempleo se ha duplicado en los últimos dos meses”, dijo Olivia Ainza-Kramer, presidenta y directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de Nogales.
Se estima que 90 % de las ventas de los negocios en esa ciudad fronteriza dependen directamente del visitante mexicano que cruza para hacer sus compras los fines de semana, así como los ingresos del gobierno municipal, vía impuesto de venta.
Los negocios se han visto duramente afectados desde que comenzó el cierre parcial de la frontera el pasado 21 de marzo y después con el decreto de cierre del Gobernador Doug Ducey.
Pero la decisión de extender el cierre parcial de la frontera tendrá un fuerte impacto en la economía no solo de las ciudades fronterizas sino de todo el estado.
“Esta es la época donde empiezan las vacaciones de verano; mucha gente viene de vacaciones a visitar nuestro estado y ahora no podrán hacerlo. Esto afectara directamente la industria del turismo, los hoteles, los restaurantes”, dijo Ainza-Kramer.
Efectivamente, la industria del turismo de Arizona ha reportado pérdidas superiores a los 2 billones de dólares en los últimos meses.
“Los viajes se detuvieron, la gente dejó de visitar, los eventos se cancelaron de la noche a la mañana, así que fue como si un grifo de agua se cerrara”, reconoció Kim Sabow, CEO y Presidente de la Asociación de Turismo y Alojamiento de Arizona.
El pasado 15 de mayo terminó la orden del gobernador Doug Ducey de permanecer en casa, reactivando la economía y permitiendo que los negocios comiencen a operar nuevamente aunque con ciertas restricciones y se esperaba también la reapertura de la frontera al turista.
Sin embargo ante el exponencial aumento de casos de coronavirus en ambos lados de la frontera, persiste la incertidumbre para los cruces fronterizos, aun cuando las restricciones no impiden el tránsito comercial de alimentos, de combustible o de equipos de atención médica, ni afectan a residentes legales o ciudadanos de Estados Unidos.
No sólo es Nogales: la Cámara de Comercio de San Ysidro, California, envió una carta a las autoridades federales en la que abogaba por la reapertura de la frontera.
“Nuestra comunidad por sí sola está perdiendo cerca de 1.8 millones de dólares cada día desde que se impusieron las restricciones de viaje”, señala el documento firmado por el director de la cámara de comercio, Jason Wells.
“El restringir a los viajeros entre nuestros países, quienes invierten en nuestro comercio binacional a través de mercancías y servicios que adquieren es dejar a nuestras comunidades fronterizas económicamente paralizadas”, se agrega.
En el documento se detalla que los negocios en San Ysidro dependen en un 95 por ciento de los clientes que recibe de México y expresa su decepción al enterarse de que las restricciones se mantendrá pues teme algunos negocios no podrán sobrevivir un mes más.
“Destruyendo economías como la nuestra, como la de San Diego, no es la manera de combatir la enfermedad. Se combate con máscaras, distanciamiento, guantes o lo que se necesite”, finalizó.