Salvador Reza

Phoenix, Aztlán

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(Donde vive el espíritu de la verdad)

El 21 de diciembre nuestro sol alumbrará nuestra madre tierra en el día mas corto para el hemisferio norte y el día mas largo para nuestros hermanos del sur. Mientras nosotros experimentamos los estragos del invierno ellos están en su verano disfrutando del calor con el que los rayos del sol alumbran su camino.

Completamos un ciclo interminable en la danza que la Madre Tierra baila al compás de las estaciones de vida y muerte en la que la semilla brota en su Xinachtli, se nutre de la Madre Tierra y da su fruto para alimentarnos y producir mas semillas que aseguran la continuación del milagro de la existencia.

Este 21 de diciembre desde la punta norte de nuestro continente hasta la parte sur se encenderán los fuegos sagrados que unirán el palpitar de nuestros corazones en la octava reunion de Jornadas de Paz y Dignidad, que se iniciaron en el año 1992 para cumplir con la profecía de la Unidad Espiritual entre el espíritu del Cóndor del Sur con el espíritu del Águila del norte.

Los bastones sagrados emplumados con el Espíritu del Cóndor y del Águila han guiado a los Chasquis, los corredores mensajeros, cada cuatro años han recorrido paso por paso nuestro continente Abya Yala (mal llamado América).

En ese recorrido están los rezos de todos nuestros pueblos originales de la tierra, los rezos de las cuatro direcciones de la Madre Tierra, los rezos que unifican, con el aletear del viento en cada pluma, los pensamientos e aspiraciones depositadas en cada fuego encendido, en cada comunidad por donde hemos recorrido ya siete veces desde Alaska hasta la Patagonia.

Esta octava vez no recorrimos paso por paso el continente en lugar unificamos nuestros fuegos en la presencia de nuestros rezos que se alzan desde nuestro corazón con cada latido.

Esos rezos llegan hasta los fuegos en cada hogar, se sincronizan con la energía dadora del Padre Sol y se dirigen a cada estrella en nuestra Vía Láctea que los esparce por todas las galaxias y los lleva a las billones de estrellas en el cosmos. Como seres humanos somos una pequeñísima parte tan insignificante y sin embargo tan importante como la creación misma.

Invitamos, a todo aquel que todavía le late en el corazón el espíritu de nuestros pueblos originales, sea Dineh, Ndee, Yaqui, Raramuri, Odham, Athabascan, Mexica, Otomi, Inca, Cuna Yala, Maya, Guarani, Wirrarika, Mapuche, Quechua a que este 21 de diciembre encienda un fuego al amanecer y lo mantenga encendido todo el día en la manera que pueda, ya sea una vela, un fuego sagrado en el campo, en su yarda, en un popochcome, (sahumador), como indiquen sus posibilidades y se una para dar gracias por nuestra vida, por el viento que respiramos, por el agua que nos da vida, por la Madre Tierra que nos alimenta, por el fuego sagrado que nos da calor de vida.

Esta Jornada del año 2020, lo invitamos a la Jornada de Paz y Dignidad en el seno de su hogar, en el seno de la Madre Tierra, lo invitamos a voltear la mirada hacia dentro de nuestro fuego interno y así conectar con todos los fuegos del continente; conectar con nuestro Padre Sol; conectar con todos los fuegos de las estrellas y con el fuego eterno de nuestra creación.

Esa es la manera ancestral de enfrentar las calamidades causadas por nuestro propio comportamiento irresponsable hacia la creación hacia nuestra Madre Tierra que nos nutre de vida.