Diputado César Chávez

Por César Chávez

Imagínese ser deportado del único país que conoce. Verse obligado a dejar a su familia, amigos y comunidad para vivir en un lugar donde no conocen a nadie. Tener pocos o ningún recuerdo de haber vivido allí y posiblemente ni siquiera conocer el idioma.

Esto siempre fue un temor para mi familia y para mí cuando emigramos por primera vez a este país, tenía solo tres años cuando mis padres decidieron dejar nuestra ciudad natal de Moroleón en México, en busca de oportunidades que nunca hubieran sido disponibles para nosotros allí.

Aunque ya no tengo necesidad de preocuparme por mi propia seguridad y estabilidad en el único lugar que he conocido como mí hogar (Estados Unidos), todavía hay muchos individuos que continúan temiendo ser separados de su familia y su hogar.

Aproximadamente 700,000 jóvenes conocidos como “Dreamers” viven con el miedo de que esto suceda todos los días, porque fueron traídos a los Estados Unidos cuando eran niños sin elección propia, los soñadores viven incertidumbres porque carecen de documentación legal permanente.

Muchos Dreamers están trabajando o asistiendo a la escuela legalmente bajo los permisos de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus siglas en ingles); el beneficiario de DACA fue traído a los Estados Unidos con promedio de solo seis años y ha considerado esta nación como su hogar durante 22 años, son tan estadounidenses como cualquiera que conozcas.

Muchos Dreamers crecen pensando que son ciudadanos estadounidenses, solo para enterarse de lo contrario cuando intentan obtener una licencia de conducir o ingresar a la universidad. Se consideran estadounidenses, pero no pueden planificar su futuro aquí.

Los soñadores perdieron la poca estabilidad que les brindó DACA cuando el presidente Trump rescindió el programa en 2017. Luego, pasaron tres años sumidos en una irresolución mientras la administración Trump luchaba en los tribunales para mantener fuera a DACA.

Mientras la Corte Suprema dictaminó que la administración Trump terminó con DACA de manera ilegal y la administración Biden se ha comprometido a mantener el programa en su lugar, DACA no es inmune a futuros desafíos legales y sin una legislación que los proteja permanentemente, estos jóvenes siempre vivirán con el temor de que DACA sea revocado por un juez caprichoso.

Los inmigrantes siempre han sido fundamentales para la historia estadounidense, y los Dreamers no son la excepción.

Como dijo el expresidente Ronald Reagan en su discurso final de su administración, “Si alguna vez cerramos la puerta a los nuevos estadounidenses, nuestro liderazgo en el mundo pronto se perderá”; si le damos la espalda a los Dreamers, cuyo estatus ilegal no es culpa suya y que no desean nada más que ser considerados parte integral de los Estados Unidos ¿Qué dice eso sobre nosotros como país?

En este momento, el Congreso tiene una oportunidad única en esta generación de aprobar un camino hacia la ciudadanía para Dreamers en Arizona y en todo el país, estos jóvenes indocumentados, incluyendo a más de 24,000 beneficiarios de DACA y miles de otras personas jóvenes en nuestro estado, solo han conocido a los Estados Unidos como su patrimonio.

Los soñadores representan lo mejor de nuestras comunidades y merecen seguridad y certeza para seguir construyendo sus vidas aquí. Insto al Congreso a que apruebe un camino hacia la ciudadanía en el proceso de reconciliación presupuestaria. Debemos hacer esto para miles de jóvenes arizonenses y para Dreamers en todo el país. El tiempo es ahora, porque simplemente es lo correcto.