La escasa representación hispana, el alto número de paradas de tráfico a personas de color, las conducción de seis mil detenidos ante el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y las publicaciones de algunos agentes en redes sociales, son señales claras del latente racismo en el Departamento de Policía de Phoenix, según el concejal del Distrito 8, Carlos García.

“Aunque no podemos catalogar a todos los Policías como malos o racistas, tampoco podemos cerrar los ojos a su operación que es muy similar a la de pandillas, en la que los buenos agentes deben proteger a sus compañeros aunque éstos hayan actuado mal”, afirmó García.

Tras considerar que la implementación de un Comité Civil de Vigilancia al Departamento de Policía es la decisión correcta, el concejal del Distrito 8, Carlos García señaló que ahora viene la selección de los ciudadanos que lo integrarán, así como las reglas de operación, algo que podría resolverse a mediados de año.

La semana anterior, con un voto de 5-4, los miembros del Concilio, Laura Pastor, Betty Guardado, Carlos García, Michael Nowakoski y la alcaldesa Kate Gallego aprobaron el Modelo B del Comité Civil, que permite investigaciones independientes y donde los miembros de la comunidad tienen prioridad en la redacción y el proceso de implementación de políticas al Departamento de Policía.

“Actualmente cuando hay alguna queja contra los agentes, se investigan entre ellos mismos y hemos visto en los resultados que más bien se cubren las espaldas, lo que nos llevó a un 2018 con el récord más alto de muertes a manos de Policías y un adeudo de 26 millones de dólares en demandas al Ayuntamiento por brutalidad”, afirmó García.

A la crisis de confianza y credibilidad del Departamento de Policía se le suman comentarios racistas realizados por algunos agentes en redes sociales, acusaciones de abuso sexual y decenas de demandas millonarias por uso excesivo de fuerza.

“Creemos que con un Comité Civil de Vigilancia con capacidad de realizar investigaciones paralelas, emitir recomendaciones y llamar a cuentas a quienes actúan mal, se puede restaurar la confianza en el Departamento de Policía e incluso hemos recibido mensajes de algunos agentes que respaldan la decisión”, afirmó el Concejal.

Carlos García se puso en la mira del Sindicato de Policías de Phoenix desde su primer día en el Concilio, cuando vistió una camiseta con la leyenda “End Police Brutallity” (Fin a la Violencia Policiaca); antes como activista estuvo en las calles en luchas contra el abuso en cárceles, el sheriff Joe Arpaio y la SB1070.

Pero el estigma del racismo en el Departamento de Policía está latente, no solamente por unas cuantas publicaciones en redes sociales, sino por su aparente tendencia al perfil racial contra personas de color en las paradas de tráfico.

Esto ha llevado a que en los últimos tres años han puesto a disposición del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) a más de 6 mil personas.

“Este número es de alarma, pues aunque sabemos que está en efecto la SB1070, debemos asegurarnos de que la Policía de Phoenix no convierta su trabajo en uno de inmigración, esa no es su prioridad y ese es uno de los temas que deberá revisar éste comité”, agregó García.

Para García otra mala señal en el Departamento de Policía es que más del 70 por ciento de los agentes son blancos y son muy escasos los latinos, algo que no concuerda con la demografía de la ciudad, donde casi el 40 por ciento de la población es hispana.

“Pero lo que hemos logrado ahora con el Comité, no es algo nuevo, la lucha contra la brutalidad policiaca y los abusos viene de muchos años atrás, ya en 1992 la entonces concejal Mary Rose Wilcox había intentado la vigilancia civil y responsabilizar a la Policía por sus acciones, tal y como responde cualquier ciudadano que rompe la ley”, dijo García.