¿Recuerda el caso de la joven que asesinó a sus hijos al sur de Phoenix a principios de año y después se declaró inocente? Pues nuevos documentos judiciales arrojan luz sobre lo que sucedió, aunque los motivos aún siguen siendo un misterio.

Rachel Henry fue detenida por asfixiar a sus tres niños en la casa de una familiar en el sur de Phoenix en enero; la madre de 22 años fue acusada de asesinato en primer grado por la muerte de sus hijos Zane, Miraya y Catalaya, con edades comprendidas entre 1 y 4 años.

La policía dice que Henry confesó los asesinatos pero no dio explicaciones sobre lo que la llevó a matar a sus hijos esa noche, algo que sigue siendo un misterio.

Según los documentos publicados el jueves, un capitán de bomberos le dijo a la policía en la escena que sentía que las emociones de Henry eran “falsas” y “forzadas”.

La tía abuela de los tres niños, Pearl Rebolledo, le dijo a la policía que sabía que Rachel era adicta a la metanfetamina y comenzó a actuar de manera extraña en los días previos a los asesinatos.

“Hizo que pareciera que la tenía cautiva aquí, para ser honesta, ella me dijo: ‘Te dije que me estaba volviendo loca’”, explicó Rebolledo.

La descripción de Rachel a la policía sobre cómo mató a los tres niños fue escalofriante.

Los documentos decían que Rachel estaba jugando un juego con sus hijos que ella llamó “pila de perros” en el sofá de la sala de estar y mientras jugaba con su hijo de 1 año, le dijo a la policía que podía sentir a su hija luchando por respirar.

Rachel le dijo a la policía que luego puso las manos sobre la boca y la nariz de su hija. Los documentos dicen que el pequeño, Zane, le gritó “no” a su madre y la pateó en un esfuerzo por evitar que matara a su hermana.

Rachel le dijo a la policía que continuó asfixiando a su hija hasta que dejó de patear y respirar.

Después de que Mireya estaba muerta, Rachel le dijo a la policía que la cubrió con una manta y la acurrucó para que pareciera que estaba dormida.

Según los documentos, Rachel pasó a sofocar a los otros dos niños uno por uno, cantando canciones infantiles como “Itsy-Bitsy Spider” y “Twinkle Twinkle Little Star”.

Rachel le dijo a la policía que envolvía a los niños muertos en una manta y los colocaba en el sofá de la sala como si estuvieran durmiendo.

Los documentos continúan diciendo que fue después de que supuestamente asesinó a los tres niños que ciertos artículos como pañales y botellas la harían sentir enferma y entonces comenzó a tirarlos.

La pregunta de por qué realizó los crímenes todavía se cierne sobre la familia.

Esa pregunta es parte de la razón por la cual Rebolledo llamó a Rachel Henry en un chat de video mientras ella estaba tras las rejas.

“Pensé que estaría triste, sin recordar lo que hizo, pero ella no parecía arrepentida ni nada”, dijo Rebolledo.

Rebolledo luego terminaría la llamada mostrándole a Rachel fotos de sus tres hijos en sus ataúdes.

“Quería que vieras las últimas fotos que tomé de tus hijos, si tengo que vivir con esto, tú también”, recuerda Rebolledo que le dijo a Henry.

Ella dijo que Rachel simplemente miró hacia otro lado.

Larga historia de abusos

Rachel había hecho que sus hijos fueran retirados de su custodia en Oklahoma debido al uso de drogas y la violencia doméstica; a pesar de los informes que decían que no estaba bajo la influencia al realizar los crímenes, los miembros de la familia dijeron que había estado actuando “extrañamente”.

Rachel y su familia vivieron en Praga, cerca de la ciudad de Oklahoma, hasta que su madre murió en 2018 y al año siguiente se mudó a Arizona, presumiblemente para vivir con la tía.

En corte, Rachel se declaró no culpable y el juez terminó fijándole una fianza de $ 3 millones, pero dijo que podría obtener ayuda de un agente de fianzas.

Rachel “murmuró en voz baja” al juez hasta el punto en que tuvo que pedirle que hablara y se repitiera. Cuando se repitió, dijo: “¿No me van a liberar?”

El juez explicó el proceso de fianza.

Según la prensa, Rachel suspiró y pidió acceso a un agente de fianzas, mientras decía al juez: “No sé cómo voy a poder obtener dinero. No tengo trabajo ni nada “.

Maternidad y filicidio

Michelle Oberman, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santa Clara, escribió dos libros sobre el tema del filicidio, o un padre que mata a su descendencia.

Ella dijo: “Hay un patrón en estos casos, modelado hasta el punto de que, al mirar hacia atrás a lo que sucedió, hay una sensación de inevitabilidad de que el daño iba a venir y era solo cuestión de cuándo y qué iba a suceder”.

Según Oberman, a menudo las mujeres que cometen filicidio están “aisladas en su maternidad” y sufren problemas de salud mental o trauma previo.

Ella dijo que las madres “pueden no tener a nadie a quien pedir ayuda y pasar largas horas a solas con los niños, mientras que el aislamiento de mudarse a un nuevo lugar y la desesperación que conlleva no tener dinero ni trabajo solo empeorarían las cosas”.

Oberman admitió que su adicción a las drogas podría haber agravado aún más los problemas existentes.

“¿Quién pensaría que es una buena idea para una joven de 22 años que es nueva en la ciudad y tiene el hábito de las drogas estar sola con tres niños menores de cuatro años?”, preguntó Oberman.

La doctora Carol Olson, presidenta del departamento de psiquiatría de Valleywise Healthcare, dijo que aunque nunca trató a Rachel, ciertamente existe una alta posibilidad de que Rachel padezca psicosis posparto, lo que causa delirios y alucinaciones y que se habría agravado por cualquier uso de drogas.

Ambas doctoras coinciden que en casos como estos, una pareja íntima o alguien que vive con la persona afectada deberían haber notado señales en dicha persona.