Un contundente rechazo a la instalación de un muro fronterizo expresó Verlon José, vicepresidente de la Nación Tohono O’odham (Gente del Desierto).
“Creemos que un muro construido en la frontera no es la respuesta para asegurar a Estados Unidos, además históricamente han demostrado no ser efectivos y mientras por el mundo las paredes van cayendo, es increíble que aquí estemos siquiera discutiendo en levantarlas”, dijo Verlon José.
La frontera Tohono con México se extiende alrededor de 70 millas a través de un vasto, remoto y escasamente poblado desierto de Sonora; en su mayor parte está cubierto por barreras para vehículos, pero en algunas áreas hay sólo alambre de púas.
Las tierras ancestrales de la tribu se dividieron en dos con la Compra de Gadsden (o venta de La Mesilla) en 1854 cuando México cedió los territorios de Arizona y Nuevo México, pero la tribu no tiene reservas ni derechos especiales al sur de la frontera.
Alrededor de 10 mil personas viven en su reservación del sur de Arizona, aproximadamente 20 mil están asentadas en otras áreas O’odham y cerca de dos mil miembros tribales viven en México, donde se les conoce como pápagos, nombre que ellos rechazan, en su idioma significa “comedor de frijoles” (papahvi-o-otam).
Nadie es dueño de la tierra
Denotando una gran calma y sabiduría Verlon José afirma que un muro atenta contra el ecosistema del desierto, afectará la distribución del agua y podría incluso provocar la extinción de los animales.
“No somos dueños de la tierra, pero la cuidamos, cada planta, cada piedra y cada criatura son sagrados y son parte importante en nuestra forma de vida; no sólo los humanos comparten esta zona fronteriza, sino también los animales y si no pueden moverse de un lado a otro, no pueden reproducirse, o encontrar comida, esto podría llevar a su extinción”, agregó.
Verlon José explicó que está históricamente comprobado que los muros no son 100 por ciento efectivos y además enfatizó el enorme gasto del dinero de los contribuyentes para esa causa.
“Estamos hablando de gastar 30 billones de dólares, con los que podríamos construir escuelas, crear empleos para reforzar la economía, o mejorar los deficientes sistemas de salud pública”, señaló.
Expresó además que la migración es parte de la historia de la humanidad y ancestralmente su nación ofrece ayuda a quien lo necesita durante su peregrinar.
“También es nuestra patria”.
El contrabando y el tráfico de migrantes en los últimos 25 años y la seguridad fronteriza de Estados Unidos han sido un problema para la tribu que con el paso del tiempo ha cedido control sobre parte de sus tierras a la Patrulla Fronteriza, enfatizó.
Ahora que el gobierno de Trump está avanzando con los planes para erigir un muro, José afirma qué afectaría a los miembros de la tribu que cruzan la frontera casi a diario, mientras señala que su cooperación con los funcionarios fronterizos y las funciones de seguridad mejoradas ya han hecho una gran mella en los cruces ilegales.
“Hemos pedido al Presidente que venga a nuestra frontera y que veamos cómo trabajamos juntos, pues cuando se habla de protección de la patria, también, se trata de nuestra patria y queremos protegerla, al igual que a nuestra gente, nuestra tierra y nuestros animales”, señaló.
Cumpliendo la Ley
José también rechazó que su tribu sea complaciente con la delincuencia organizada y expresó que deben cumplir tanto con las leyes de su nación, como las federales y que la única manera de resolver el problema migratorio es con una reforma comprensiva que ofrezca alternativas tanto para los que ya están aquí como para quienes buscan trabajar.
“Nosotros necesitamos a esas personas ¿Quién va a cosechar los campos? ¿Quién va a construir nuestras viviendas y a ofrecer tantos servicios necesarios? Las nuevas generaciones de jóvenes no tienen la intención de realizar esas labores que siempre serán una necesidad”, afirmó.
Segregación, el problema
Verlon José señaló a la segregación como el principal problema social que se vive, no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo y en ello radica la falta de soluciones a los grandes problemas.
“Cuando llegue el momento en que dejemos de llamarnos nativos, hispanos, afroamericanos o sajones y empecemos a trabajar por nuestras coincidencias y dejar de pelear por nuestras diferencias, acabaremos con todos los males”, afirmó.
El líder nativo señaló su frustración con respecto a los líderes políticos tanto en el Congreso como en el Gobierno Federal, que a pesar de ser personajes con alto nivel académico y gran inteligencia, no logran ponerse de acuerdo en lo que verdaderamente es importante para el país.
“Precisamente esa segregación, ese separatismo, ese interés personal o de grupo, es lo que no nos permite avanzar como país y como humanos”, asegura.
Asimismo, reconoció la gran afinidad que tiene su tribu con la comunidad hispana ya que comparten mucho de su influencia cultural, sin embargo rechazó la categorización.
“Debemos reconocer que fuera del lenguaje y el color de la piel, todos somos humanos y por lo tanto hermanos, y si aprendiéramos a respetarnos mutuamente, tendríamos un mundo muy diferente”, señaló.
José expresó su admiración por la mujer “dadora de vida” que a últimas fechas ha tomado un rol preponderante en todas las áreas, pero principalmente en la política.
“Las mujeres son tan capaces que han dado un paso al frente cuando ha faltado el liderazgo, e incluso en éste momento hay más féminas que nunca en la historia en el consejo de nuestra tribu”, finalizó José.