Hay una lucha mundial entre los pueblos y las corporaciones. Los estados son los administradores de los intereses multinacionales, pero las decisiones vienen de los centros de poder corporativo en Wall Street, en Londres, en China, en Alemania.
El feudalismo desapareció con la aparición de la burguesía que reemplazó a la aristocracia. Los imperios reales fueron desplazados por los estados. Ahora los estados han sido reemplazados por las corporaciones multinacionales que no tienen, ni patriotismo, ni amor a un país, simplemente usan los estados como los imperios usaban a sus colonias. Para el bienestar de la madre patria. Ahora usan la Patria para el bienestar de las corporaciones internacionales.
Las corporaciones se están dividiendo esferas de control aparentando luchar por los intereses de Estados Unidos, de Rusia, de China, de Japón. Lo que se está jugando son las ganancias corporativas en guerras económicas corporativas mundiales. Las naciones unidas, se han convertido en un gobierno mundial al servicio de las grandes empresas disfrazadas de países.
En estados unidos Donald Tump no representa al pueblo norteamericano. Utiliza el 30% de la población que lo eligió para lanzar una guerra económica contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, Korea del Norte, China y Rusia. No porque no le guste su sistema de gobierno, sino porque no le gusta que no tiene el control total del petróleo, de los minerales, de los productos agrícolas. Y no los quiere para el beneficio de Estados Unidos, los quiere para el beneficio de las grandes corporaciones que el representa.
Cuando él dice “Make America Great Again,” lo que de verdad esta diciendo. “Make Wall Street Great Again.” La Unión Europea, China, Rusia le están ganando el mercado y quiere ajustarlos con tarifas que no ayudan al ciudadano de estadunidense, pero si ayudan a las ganancias mundiales estableciendo las corporaciones aliadas a Donald Trump. Los graneros de Estados Unidos no podrán vender su soya, su trigo, su maíz, pero Monsanto no perderá. Monsanto utilizará a Argentina, Centroamérica, México y África para reemplazar el grano norteamericano. En Estados Unidos ya no es costeable el precio. Los inversionistas de Monsanto no perderán. Sólo el granjero norteamericano perderá la granja.
La guerra contra los pueblos originarios en todo el mundo es porque impiden la movilización rápida del capital de explotación al oponerse a los mega proyectos corporativos. Andrés Manuel López Obrador dobla las manos ante PEMEX, que ahora es empresa multinacional y permite gasoductos, fracking, etc, a pesar de la destrucción de los pueblos originales y la supuesta sociedad civil. Se abre al tren Maya, y el Transísmico porque no le quede otra. Son órdenes de los patrones Carlos Slim, y Donald Trump. El es sólo el administrador de la hacienda. Donald Trump es su patrón y los patrones de Donald Trump están en las salas ejecutivas de Chase, Goldman Sachs, Exxon Oil, Shell Oil, y lo pusieron allí porque ya quieren un control directo de los estados. Donald Trump representa el primer gobierno corporativo del mundo sin necesidad de intermediarios elegidos que todavía creen en cuentos de hadas como la Democracia, La justicia y La Libertad. Es el poder económico crudo el que se ejerce sobre los estados por el nuevo orden mundial corporativo sin máscaras, ni chiquilladas.