El uso de nueva tecnología de análisis de comportamiento y la realización de una encuesta podrían dar las pistas para solventar la crisis en el Departamento de Policía, que ha escalado desde la falta de credibilidad hasta la polarización de la propia ciudadanía, luego de un mes plagado de escándalos y demandas millonarias.

Esos fueron algunos de los temas planteados durante el segundo foro público convocado por la alcaldesa Kate Gallego, expuestos por la jefa del Departamento de Policía, Jeri Williams y profundizados por el concejal Michael Nowakowski, quien también preside la sub comisión de seguridad pública.

Pero la crisis del Departamento de Policía va más allá de las denuncias de brutalidad o uso excesivo de la fuerza: también enfrentan una grave falta de personal, perderán al 15 por ciento de su actual nómina por retiro en los próximos años y las nuevas generaciones tienen poco interés por enrolarse en un trabajo de mucha exigencia disciplinaria, peligro y además, poco redituable.

Ahora, el Concilio evalúa la posibilidad de obtener una “software de intervención temprana” que permitiría al Departamento de Policía rastrear los datos de rendimiento y comportamiento de los oficiales así como las métricas relacionadas con el uso de la fuerza.

Dicho de otra forma éste programa estaría evaluando y graficando el comportamiento de cada agente y entregando estadísticas al Departamento de Policía, que podría detectar a tiempo una posible actitud problemática.

“Esta tecnología nos permitiría conocer el comportamiento de cada Policía en la calle y actuar antes de que pudieran surgir problemas, para proteger tanto a la comunidad como a nuestros propios agentes”, dijo Michael Nowakowski.

El concejal abundó en que los policías también son humanos y que igualmente lidian con problemas personales que en muchas ocasiones pueden ser detonantes bajo situaciones de presión o peligro como las que comúnmente enfrentan.

“Si el monitoreo de comportamiento nos muestra que un agente saca su arma con más frecuencia ante personas de color, puede ser el indicativo de un problema y nos daría la oportunidad de conseguir ayuda antes de que pase a mayores”, agregó.

Nuevo estudio

Además de buscar las opciones de software disponibles, también se prevé la contratación de una firma de opinión pública para encuestar a los residentes sobre su percepción del Departamento de Policía y la actitud de sus agentes.

“En éste momento el tema de la Policía ha polarizado las opiniones, porque por una parte están quienes los denuncian y por otra los que los defienden y es difícil hacerse de una opinión imparcial; ésta encuesta buscaría residentes de todas las áreas, edades y perfiles para darnos una idea clara”, agrega Nowakowski.

Un estudio externo presentado recientemente luego de un año en que la Policía de Phoenix tuvo 43 incidentes de tiroteo, no ofreció mucha luz sobre la situación, aparte de señalar el enorme consumo de drogas en las calles y culpar a las redes sociales de crear un sentimiento anti policía.

Grave polarización

La polarización con respecto a la problemática policiaca ha llegado al insulto y el abucheo, incluso contra la propia alcaldesa Kate Gallego, que siempre se ha mantenido neutral y de hecho no goza del apoyo del sindicato de uniformados que hizo campaña en su contra, en la pasada elección.

En la última reunión del Concilio, Sal DiCiccio, del Distrito 6, calificó a los manifestantes como anarquistas y afirmó que buscan apoderarse del concejo ciudadano para despedir a los agentes que no les gustan, pero fue más allá al afirmar que la Administración buscaba afectarlos con fines políticos.

“¡Los oficiales de policía están a punto de ser jodidos por la Administración del Ayuntamiento! La carrera de ningún político es más valiosa que la de nuestros policías. No son desechables por razones políticas. Ellos están obligados a hacer lo correcto”, declaró DiCiccio en un comunicado de prensa.

DiCiccio hizo públicas además supuestas llamadas amenazantes al 911, realizadas por grupos radicales anti policías y los acusa de sembrar temor entre las familias de los agentes.

Millonarios reclamos

La tensión en la ciudad ha aumentado, ya que se han presentado tres reclamos multimillonarios contra el Departamento de Policía en el último mes por supuesta brutalidad o uso excesivo de fuerza.

La familia del sospechoso de robo a mano armada Jacob Harris, quien recibió un disparo mortal de la Policía en enero, anunció planes para demandar al Ayuntamiento por 6 millones de dólares.

Erica Reynolds presentó un reclamo de 12.5 millones la semana anterior, alegando que la policía realizó una búsqueda ilegal en sus cavidades corporales y luego trató de encubrirla.

La familia Ames-Harper, exige 10 millones y acusa a los oficiales por conducta indebida grave, luego de que un oficial apuntara con un arma a la mujer embarazada que sostenía a su hijo y además derribara al hombre ya esposado y sometido por un supuesto robo cuyos cargos, finalmente no se presentaron.

Racismo latente

Previamente se había dado a conocer que agentes activos y retirados habían hecho publicaciones ofensivas en redes sociales, en contra de las minorías, lo que ha llevado a muchos a afirmar que existe racismo en el importante departamento de seguridad pública.

“No se puede etiquetar a todos en el Departamento de Policía como racistas, pero tampoco se puede ignorar el hecho de que los prejuicios raciales han detonado desde que Donald Trump entró en la escena política con su discurso divisivo”, señaló Nowakowski.

Cabe señalar que existe otra demanda pendiente contra el Departamento de Policía luego que en el 2017 agentes antimotines dispararon gas pimienta para disipar a una multitud de manifestantes en contra de Donald Trump, afuera del Centro de Convenciones de Phoenix.

“El problema del racismo ha estado presente siempre en la historia de los Estados Unidos, pero viene desde la cúpula ahora tenemos un presidente que lo ha convertido en su bandera política y la ha retomado ahora que busca la reelección”, finalizó Nowakowski.