Hoy, la región de América del Norte es una de las zonas de libre comercio más grandes del mundo. Representa el 28% del PIB mundial y el 16% del comercio internacional. Desde la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), en 1994, el comercio entre México, Estados Unidos y Canadá ha aumentado de manera constante, propiciando un crecimiento económico que ha resultado en la creación de empleos y en beneficios tangibles para las comunidades de los tres países.

Específicamente, la relación económica entre México y Estados Unidos ha alcanzado niveles históricos. El comercio bilateral es siete veces mayor que antes del TLCAN, México compra el 16% de las exportaciones totales de Estados Unidos y, este año, México se convirtió en el principal socio comercial de Estados Unidos, con un comercio total de 361 mil millones de dólares. México es el primero, segundo o tercer destino para las exportaciones de 31 estados de Estados Unidos; para Arizona es el primero.

Gracias a la plataforma de crecimiento económico que el TLCAN ofrece, las exportaciones de Arizona a México han crecido a una tasa promedio anual de 5.7%. Hoy, de todos los estados de Estados Unidos, Arizona ocupa el sexto lugar como exportador de bienes a México. Además, 89,300 empleos en el estado dependen del comercio con México y empresas mexicanas operan 244 negocios en Arizona, que sostienen 8,800 empleos locales.

Con el objetivo de continuar aprovechando el potencial económico y las oportunidades que ofrece la región, el TLCAN se modernizó y, de ese proceso, resultó el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

El T-MEC responde a las necesidades de la economía del Siglo XXI; avanza hacia un comercio regional inclusivo y responsable; impulsa el fortalecimiento de la competitividad de la región; y garantiza la certidumbre del comercio y las inversiones. El nuevo Acuerdo beneficiará a 500 millones de consumidores en América del Norte, fortalecerá a la clase media y generará más empleos y nuevas oportunidades.

Asimismo, concentra modificaciones importantes que responden a los cambios de nuestras economías y a la realidad económica actual. Incluye capítulos que promueven el desarrollo del comercio digital, facilita el comercio de servicios financieros, fomenta la competitividad de las telecomunicaciones y fortalece la protección de la propiedad intelectual.

Sin olvidarse del impacto social, incluye un capítulo dedicado a asegurar que las pequeñas y medianas empresas (PyMES) se beneficien del Tratado, contempla la protección de los derechos de los trabajadores y el medio ambiente, así como obligaciones claras para combatir la corrupción y promover la inclusión y la equidad de género.

México es el primer país en ratificar el Acuerdo, lo que representa una muestra clara de su compromiso con el libre comercio, con sus socios en la región y, lo más importante, con la comunidad mexicana en ambos lados de la frontera.