El gobierno de Lenin Moreno en Ecuador se topó con los pueblos indígenas organizados y tuvo que decir no gracias a la receta neo-liberal del Fondo Monetario Internacional, la tendencia impulsada por Estados Unidos y la Unión Europea de imponer modelos económicos que sacan ganancias millonarias a las trasnacionales y dejan a los pueblos exprimidos y robados de sus propios recursos naturales, no va trabajar en Ecuador mientras los pueblos indígenas sigan ejerciendo su voluntad como pueblos milenarios enraizados en la Madre Tierra y la defensa de su espiritualidad, cultura, y manera de vivir.

Un paro nacional inicialmente impulsado por los transportistas, al ver un gasolinazo estilo Peña Nieto en México, se hizo nacional por todo El Ecuador cuando la organización antigua basada en el Ayllu, forma tradicional de organización indígena, se movilizó y decenas de miles de pueblos indígenas descendieron en Quito y por 15 días no solo paralizaron la capital pero en cada región del Peru, La Costa, La Amazonia, y la Montaña de igual manera paralizaron completamente el transporte.

La producción petrolera de Ecuador se redujo a la mitad y las perdidas millonarias a las trasnacionales llevaron al presidente Lenin Moreno que al principio se rehusaba a quitar el Decreto 883 que le daba el derecho a el Fondo Monetario Internacional de dictar la política económica de Ecuador a echarlo por la ventana para poder salvar su presidencia.

En entrevista con Luis Macas (Miembro de CONAIE) en nuestro programa de radio “La Hora de Los Comités del Barrio” que pueden ver en mi página de Facebook bajo Salvador Reza, nos dice que lo más importante no es tanto la comisión de seguimiento que va interactuar con el gobierno, sino la organización y seguimiento de las comunidades a través de sus formas tradicionales de organización.

La organización basada en territorio, espiritualidad con la Pacha Mamá, La Madre Tierra y lo que hacemos para defenderla de las prácticas capitalistas de extracción y destrucción de la Madre Tierra con el único fin de acumular riquezas para las elites mundiales que no toman en cuenta el buen vivir del pueblo, los bosques y todas las criaturas de la Madre Tierra.

Lo que acaba de pasar en Ecuador es un gran ejemplo de la organización indígena, en un momento donde los analistas del capital encabezados por su representante Donald Trump pensaban que estaban listos para darle la ultima estocada en los hombros de la Madre Tierra para sacar petróleo a borbotones y rodear a Venezuela con gobiernos hostiles como lo hicieron con Brasil, los descendientes de las grandes civilizaciones Incas surgieron de las mismas entrañas de la Pacha Mamá para decirle: Alto, aquí estamos, aquí seguimos, y no permitiremos que el Fondo Monetario Internacional bajo el control de estados unidos entren como los piratas de antaño a despojarnos de nuestra Madre, nuestros recursos, nuestra cultura, nuestra espiritualidad.

Somos pueblos originarios, no se confundan, no venimos como anarquistas, ni venimos como partidos de izquierda, ni de derecha: venimos como representantes de los manantiales que están contaminando, representantes de las selvas que están quemando, del viento que están pudriendo con químicas mortíferas, representantes de nuestros hermanos de cuatro patas, de nuestros hermanos que vuelan, de los que se arrastran por la tierra.